El entorno del antiguo compañero de Alonso podría estar detrás de la acusación de amaño del GP de Singapur que ganó el asturiano.
Flavio Briatore despidió a Nelsinho Piquet tras el Gran Premio de Hungría y ni siquiera se molestó en emitir un comunicado. Lo tuvo que anunciar el piloto, «decepcionado», pero aliviado a la vez por poner fin «a la peor etapa de mi vida profesional». Las formas en el adiós no fueron más que una muestra de cómo transcurrieron los últimos meses entre el piloto y el director del equipo. Las relaciones eran nulas y las pocas que había terminaban en bronca casi siempre. El brasileño se sintió menospreciado en Renault. De la comparación con Alonso siempre salió escaldado -el asturiano le endosó un 26-1 en las sesiones de los sábados- y a la hora de la salida, también arremetió contra los privilegios del ovetense a la hora de contar primero con las mejoras.
Lo que no esperaba el director de Renault era la fría venganza que se iba a tomar el brasileño. El domingo pasado, la voz de Felipe Motta, el locutor de una radio brasileña, retumbaba en la sala de prensa del circuito de Spa sólo unas pocas horas después de terminada la carrera. Su discurso cantarín llenaba la estancia. «La Federación Internacional investigará a Renault ante las sospechas de que Flavio Briatore ordenó a Nelson Piquet provocar un accidente para que Fernando Alonso ganase la carrera gracias al coche de seguridad». El llamativo deje brasileño añadía dramatismo a la noticia.
Todo partió de la información de una cadena de televisión carioca. Y a la FIA le pareció suficiente para abrir una investigación. Tienen a Briatore en el punto de mira desde que lideró la rebelión de las escuderías con la amenaza de un campeonato paralelo.
Nadie asegura de dónde pudo llegar la filtración, pero el entorno de Nelsinho Piquet, incluido su propio padre, tres veces campeón del mundo de Fórmula 1, está señalado. El piloto brasileño se estrelló y provocó la aparición del coche de seguridad justo cuando Fernando Alonso había cumplido con su repostaje. La carambola colocó al asturiano a la cabeza del pelotón y le puso en bandeja luchar por la victoria que luego consiguió. Era la primera de Renault en toda la temporada.
Ahora insinúan que aquello fue una orden y la FIA busca pruebas que lo demuestre. Renault se expone a una fuerte sanción aunque parece difícil que, haya sido o no verdad, pueda quedar claro que sucedió así. De momento, Piquet no ha dicho esta boca es mía. En el equipo no dan crédito a la acusación.