A mí no me sacan de la cabeza que Petro y Piedad Córdoba son la punta de algo que se está gestando. Hace unos días Petro amenazó al país con regresar a la rebelión si nos atrevíamos a elegir de nuevo a Álvaro Uribe para presidente. Y hace poco la negra Piedad hizo un llamado a los estudiantes de la Nacional-entre quienes había cientos de menores de edad- para que se metieran a la subversión, es decir, a la guerrilla.
“Cosa dura, caballero”, habría dicho Machomán, un cubano que salió huyendo de la dictadura de los Castro brothers y a quien se le arruga el corazón cada vez que oye nombrar a su isla del alma.
Yo sospecho, además, que la honorable Corte Suprema de Justicia -receptora de agasajos de narcos y acérrima enemiga del único presidente que le ha regresado la dignidad al país y que ha combatido a narcos, guerrilleros y paracos- se está haciendo la de la vista gorda con las actuaciones de Piedad Córdoba y sus relaciones –igual que las de otros congresistas- con las guerrillas colombianas.
La honorabilísima Corte Suprema, que no tiene reparos en aceptar regalitos de delincuentes, también le salió al paso a la reforma a la justicia que propone el gobierno porque tal reforma le quita poder a la –hasta el momento- intocable Corte. ¡Qué dirían los magistrados sacrificados en el Palacio de Justicia si pudieran ver cómo la Corte de hoy se arrodilla cómplice ante quiénes masacraron la justicia hace 20 años junto a los narcotraficantes…! ¡Qué dirían esos magistrados si supieran que hoy quienes los reemplazaron no sienten ningún rubor al aceptar invitaciones y diamantes de procedencia mafiosa…!
La negra Piedad, que es más roñosa y astuta que zorra gallinera, puede darse el lujo de hacer llamados a los países vecinos para que ataquen a Colombia; puede decir públicamente que deberían haber muchas más personas que imitaran a Manuel Marulanda, alias Tirofijo; puede llevarles razones a los guerrilleros, entrar y salir de sus campamentos, recibir dinero de Chávez para dárselo a la guerrilla, y muchas más cosas que ella saldrá a explicar como “acciones humanitarias..” Y los magistrados de la Corte, mientras brindan con güisqui o bailan en las rumbas de mafiosos, se hacen los de las gafas. ¿Por qué…? Porque simpatizan con movimiento TOCU –Todos Contra Uribe-, del cual forman parte todas las agremiaciones que admiran a Al-Capone, Tirofijo y Chávez.
Echándole una mirada a nuestro Código Penal, que los magistrados de la Corte no quieren repasar, podemos encontrar que la negra Piedad ha cometido delitos graves. Veamos:
ARTICULO 468. SEDICION. <Penas aumentadas por el artículo de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:> Los que mediante el empleo de las armas pretendan impedir transitoriamente el libre funcionamiento del régimen constitucional o legal vigentes, incurrirán en prisión de treinta y dos (32) a ciento cuarenta y cuatro (144) meses y multa de sesenta y seis punto sesenta y seis (66.66) a ciento cincuenta (150) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
ARTICULO 470. CIRCUNSTANCIAS DE AGRAVACION PUNITIVA. La pena imponible se aumentará hasta en la mitad para quien promueva, organice o dirija la rebelión o sedición.
ARTICULO 471. CONSPIRACION. Los que se pongan de acuerdo para cometer delito de rebelión o de sedición, incurrirán, por esta sola conducta, en prisión de dieciséis (16) a treinta y seis (36) meses.
ARTICULO 473. CIRCUNSTANCIA DE AGRAVACION PUNITIVA. La pena imponible para las conductas descritas en los artículos anteriores se agravará hasta en una tercera parte, cuando el agente sea servidor público.
ARTICULO 184. CONSTREÑIMIENTO PARA DELINQUIR. <Penas aumentadas por el artículo de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005. El texto con las penas aumentadas es el siguiente:> El que constriña a otro a cometer una conducta punible, siempre que ésta no constituya delito sancionado con pena mayor, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a cincuenta y cuatro (54) meses.
Aunque la negra no ha tomado las armas (no, que sepamos), el artículo 470 dice claramente que quien promueva la rebelión incurrirá en un agravante que aumentará su pena. Y mucho más –según el artículo 473- si quien la promueve es servidor público.
¿Por qué a Piedad no la han encanado por promover la sedición a los estudiantes de la Nacional, entre quienes estaban cientos de menores de edad –si eso aumenta la pena-..? No lo sé. Quién quiera averiguarlo, vaya y pregúntele a la Corte Suprema. Si no consiguen a los magistrados en la sede en Bogotá, es posible que estén por Neiva enfiestados con algún estafeta de la mafia.
El asunto es que la Fiscalía no puede hacer nada contra la negra Piedad; solamente la Corte Suprema puede investigarla y juzgarla. Y, a sabiendas de eso, es que la negra marrullera hace lo que se le da la gana con el Código Penal y la Constitución Colombiana. Dicen que con las hojas de la Magna Carta, ella envuelve sus toallas higiénicas usadas para luego arrojarlas en donde se arrojan los desechos hospitalarios. Cosas de chismes, creo yo… pero vaya uno a saber..
Cuando uno de estos muchachos que escucharon a Piedad decida matar un policía, secuestrar a alguien o poner una bomba en un centro comercial, dirá: “Es que la senadora Piedad me dijo que me metiera a la subversión… Y si nadie la metió a la cárcel a ella, ¿por qué me van a meter a la cárcel a mí…?”
La negra sabe que la subversión es un buen negocio, rentable y prometedor. A Petro le fue muy bien, igual que a León Valencia, Navarro y demás. Ellos fueron coautores de masacres, secuestros, asesinatos, extorsiones y muchos más delitos; y la sociedad no los castigó. Al revés, gracias a los buenos oficios del poderoso narcotraficante Pablo Escobar y del entonces presidente César Gaviria, estos guerrilleros recibieron amnistía total y les dieron cientos de millones de dólares para que pasearan rico por Europa y montaran colegios y ONGs. Los millones de dólares –obviamente- salieron de nuestros bolsillos. Así que, en un país asolado por el desempleo y la corrupción administrativa, ser guerrillero puede ser una buena opción para un estudiante de la Nacional que –supongo- rara vez podrá comer tres veces al día (yo no podía hacerlo).
Pero la negra Piedad no se limita a hacer un llamado a la sedición. También, al hacer apología de los genocidas, ella misma hace apología al genocidio. Veamos qué dice el manoseado Código: