Ver Mensaje Individual
Antiguo , 17:41:58   #1

Me Gusta
Estadisticas
Mensajes: 4.809
Me Gusta Recibidos: 213
Me Gustas Dados: 19
Ingreso: 05 oct 2006

Temas Nominados a TDM
Temas Nominados Temas Nominados 0
Nominated Temas Ganadores: 0
Reputacion Poder de Credibilidad: 27
Puntos: 14976
diegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Vivientediegorsolers Es Una Leyenda Viviente
  
Predeterminado Propaganda bajo una dictadura Calificación: de 5,00

Los mejores licores
Navegando en internet, me encontre ese escrito, que vuelve ser actual por lo que esta pasando en Venezuela en estos dias (cerrar 34 radio estacionas contrarias al gobierno) aunque anoto que este tipo de cosas pueden aplicarse actualmente en muchos lugares.


Propaganda bajo una dictadura


Escrito por: Aldous Huxley (http://es.wikipedia.org/wiki/Aldous_Huxley)

En el proceso a que fue sometido después de la Segunda Guerra Mundial, Albert Speer, el ministro de Armamentos de Hitler, pronunció un largo discurso en el que, con notable sagacidad, describió la tiranía nazi y analizó sus métodos. "La dictadura de Hitler -dijo- difirió en un punto fundamental de todas sus predecesoras en la historia. Fue la primera dictadura del presente periodo de desarrollo técnico moderno, una dictadura que hizo un uso completo de todos los medios técnicos para la dominación de su propio país. Mediante elementos técnicos como la radio y el alto-parlante, ochenta millones de personas fueron privadas del pensamiento independiente. Es así como se pudo someterlas a la voluntad de un hombre... Los dictadores anteriores habían necesitado colaboradores muy calificados hasta en el más bajo de los niveles, hombres que pudieran pensar y actuar con independencia. En el periodo del desarrollo técnico moderno, el sistema totalitario puede prescindir de tales hombres; gracias a los modernos métodos de comunicación, es posible mecanizar las jefaturas de los grados inferiores. Como consecuencia de esto, ha surgido el nuevo tipo de recibidor de órdenes sin espíritu crítico".

En el Mundo Feliz de mi fábula profética, la tecnología había avanzado mucho más allá del punto que había alcanzado en los días de Hitler; consiguientemente, los recibidores de órdenes tenían mucho menos sentido crítico que sus colegas nazis y obedecían mucho más al escogido grupo de donde las órdenes partían. Además, habían sido uniformados genéticamente y condicionados postnatalmente para que cumplieran sus funciones subordinadas, y cabía confiar, por tanto, en que se comportaran en forma casi tan previsible como se comportan las máquinas.

Como veremos en un capítulo posterior, este acondicionamiento de las "jefaturas de los grados inferiores" está ya en marcha en las dictaduras comunistas. Los chinos y los rusos no se limitan a confiar en los efectos indirectos de la tecnología creciente; trabajan directamente en los organismos psicofísicos de sus dirigentes subalternos, sometiéndolos, en mentes y cuerpos, a un sistema de implacable y, desde todos los puntos de vista, muy efectivo acondicionamiento. "Muchos hombres -dijo Speer-se han sentido obsesionados por la pesadilla de que llegue un día en que las naciones puedan ser dominadas por medios técnicos. Esta pesadilla casi fue realizada en el sistema totalitario de Hitler". Casi, pero no completamente. Los nazis no tuvieron tiempo -y tal vez no tuvieron la inteligencia ni el necesario conocimiento-para lavar cerebralmente y acondicionar a sus dirigentes subalternos. Cabe que sea esta una de las razones de su fracaso.

Desde los tiempos de Hitler, el arsenal de elementos técnicos a disposición de un presunto dictador ha aumentado mucho. Además de la radio, el altoparlante, la cámara cinematográfica y la prensa rotativa, el propagandista contemporáneo puede utilizar la televisión para difundir la imagen de su cliente al mismo tiempo que su voz y puede registrar tanto la imagen como la voz en carretes de cinta magnética.

Gracias al proceso tecnológico, el Gran Hermano puede actualmente ser casi tan ubicuo como Dios. Y no es solamente en el frente técnico donde los brazos del presunto dictador se han fortalecido. Se ha trabajado mucho desde la época de Hitler en esos campos de la psicología y la neurología aplicadas que son el dominio especial del propagandista: el [a]doctrinante y lavador de cerebros. En lo pasado, estos especialistas en el arte de cambiar mentalmente a la gente eran empíricos. Con el método de ensayo y error, elaboraron cierto número de técnicas y procedimientos y los utilizaron con mucha eficacia, aunque no supieran con precisión por qué eran eficaces.

Actualmente, el arte de gobernar las mentes ajenas lleva camino de convertirse en ciencia. Quienes practican esta ciencia saben lo que están haciendo y por qué lo hacen. Tienen como guías de su tarea teorías e hipótesis que han quedado sólidamente establecidas sobre macizos cimientos de pruebas experimentales. Gracias a las nuevas percepciones y a las nuevas técnicas que estas percepciones permiten, la pesadilla que "casi fue realizada en el sistema totalitario de Hitler" puede hacerse antes de mucho completamente realizable. Pero, antes de examinar estas nuevas percepciones y técnicas, echemos una mirada a la pesadilla que casi se convirtió en realidad en la Alemania nazi. Cuáles fueron los métodos que utilizaron Hitler y Goebbels para "privar a ochenta millones de personas del pensamiento independiente y someterlas a la voluntad de un hombre"? Y, cuál fue la teoría de la naturaleza humana sobre la que se basaron estos métodos terriblemente eficaces? Estas preguntas pueden ser contestadas, en su mayor parte, con las propias palabras de Hitler. Y qué palabras más claras y astutas son!

Cuando escribe acerca de esas vastas abstracciones como Raza, Historia y Providencia, Hitler es estrictamente ilegible. Pero, cuando escribe acerca de las masas alemanas y de los métodos que utilizó para dominarlas y dirigirlas, su estilo cambia. La insensatez cede el sitio al buen sentido y las jactancias a una lucidez dura y cínica. En sus lucubraciones filosóficas, Hitler se limitaba a soñar despierto o a reproducir las nociones a medio cocinar de otras personas. En sus comentarios sobre las multitudes y la propaganda, escribía de cosas que conocía por una experiencia inmediata. Según las palabras de su biógrafo más capaz, el señor Alan Bullock, "Hitler fue el más grande demagogo de la historia. Quienes añaden 'sólo un demagogo', no tienen en cuenta la naturaleza del poder político en la era de la política de masas. Como él mismo dijo, ser un jefe significa ser capaz de mover a las masas".

La finalidad de Hitler era en primer lugar mover a las masas y, luego, una vez apartadas las masas de sus fidelidades y su moral tradicionales, imponerles (con el hipnotizado consentimiento de la mayoría) un nuevo orden autoritario de [su] creación personal. Hermann Rauschning escribió en 1939: "Hitler tenía un profundo respeto por la Iglesia católica y la orden de los jesuitas; no a causa de su doctrina cristiana, sino a causa de la maquinaria que habían elaborado y dirigían, de su sistema jerárquico, de sus tácticas en extremo inteligentes, de su conocimiento de la naturaleza humana y de su sabio empleo de las debilidades humanas para gobernar a los creyentes".

Clericalismo sin cristianismo, la disciplina de una orden monástica, no en aras de Dios o para el logro de la salvación personal, sino en aras del Estado y para la gloria y el poder del demagogo convertido en Jefe: tal fue la meta a donde debía dirigirse el sistemático desplazamiento de las masas.
Veamos qué pensaba Hitler de las masas que movía y cómo lograba moverlas. El primer principio del que partía era un juicio de valoración: las masas son merecedoras de un desprecio absoluto. Son incapaces de todo pensamiento abstracto y se desinteresan de cuanto esté fuera del círculo de su experiencia inmediata. Su comportamiento está determinado no por el conocimiento y la razón, sino por los sentimientos e impulsos inconscientes. Es en estos impulsos y sentimientos donde "están las raíces de sus actitudes, positivas o negativas". Para triunfar, un propagandista debe aprender el manipuleo de estos instintos y emociones.
"La fuerza impulsora que ha provocado las más tremendas revoluciones en el mundo nunca ha sido un cuerpo de doctrina científica que haya conquistado a las masas, sino invariablemente, una devoción que las ha inspirado y, con frecuencia, una especie de histeria que las ha arrastrado a la acción. Quien desee conquistar a las masas debe saber dónde está la llave que ha de abrir la puerta de sus corazones". En la jerga postfreudiana, la puerta de su inconsciente.

Hitler atrajo especialmente a aquellos miembros de las capas inferiores de la clase media, que habían sido arruinados por la inflación de 1923 y, arruinados por segunda vez por la depresión de 1929 y de los años siguientes. Las "masas" de las que Hitler habla son esos millones de seres perplejos, frustrados y crónicamente angustiados. Para hacerlos más masa todavía, más homogéneamente subhumanos, los reunía, por miles y decenas de miles en vastos locales y estadios, donde el individuo podía perder su identidad personal y hasta su humanidad elemental y quedar fusionado con la multitud. Un hombre o una mujer establecen contacto directo con la sociedad de dos modos: como miembro de algún grupo familiar, profesional o religioso, o como miembro de una multitud. Los grupos pueden ser tan morales e inteligentes como los individuos que los forman; una multitud es caótica, no tiene propósitos propios y es capaz de cualquier cosa, salvo de acción inteligente y de sentido realista. Reunidas en una multitud, las personas pierden su poder de razonamiento y su capacidad de opción moral. Se hacen más sugestionables hasta el punto de que dejan de pensar o querer por cuenta propia. Se excitan muchísimo, pierden todo sentido de la responsabilidad individual o colectiva y suelen tener repentinos accesos de rabia, entusiasmo y pánico. En pocas palabras, un hombre en una multitud se comporta como si hubiese ingerido una fuerte dosis de algún poderoso tóxico. Es víctima de lo que yo he denominado "envenenamiento de rebaño". Como el alcohol, el veneno de rebaño es una droga activa, extrovertida. El individuo con embriaguez de multitud escapa de la responsabilidad, la inteligencia y la moral y entra en una especie de irracional animalidad frenética.

Comentarios Facebook

diegorsolers no está en línea   Responder Citando

compartir
                 
remocion sep Gold sep Silver sep Donar

marcaNo Calculado   #1.5
SponSor

avatar
 
Me Gusta denunciando
Estadisticas
Mensajes: 898.814
Me Gusta Recibidos: 75415
Me Gustado Dados: 62988
Fecha de Ingreso: 02 jun 2006
Reputacion
Puntos: 1574370
Ayudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen caminoAyudante de Santa está en el buen camino
emoticon Re: Propaganda bajo una dictadura

 
Los mejores licores
 
   
   
_______________________________________________
Publicidad :)
conectado
 
Page generated in 0,08679 seconds with 12 queries