El gobierno de Colombia, que fue el último en definir su entrada al organismo, sería ahora el primero en sentarse en el 'banquillo' para dar explicaciones a los países miembros.
Este jueves, los presidentes de Brasil y de Chile, Luiz Inácio Lula da Silva y Michelle Bachelet, respectivamente, pidieron que se convoque el CDS para que Colombia explique el acuerdo militar de cooperación con E.U., en proceso de negociación, que permitirá a efectivos de este país hacer uso de bases colombianas.
Y, de aceptar, Uribe tendría que hacerlo desde Ecuador, país con el que están rotas las relaciones diplomáticas desde hace 17 meses, y cuyo primer mandatario, Rafael Correa, se alista para asumir la presidencia pro témpore de la Unasur.
"Ya que nos vamos a reunir el día 10 (de agosto) en Quito en la Unasur, podríamos convocar al Consejo de Defensa para que hiciéramos una reunión (...) sobre el problema de la soberanía de nuestras fronteras", dijo Lula desde Sao Paulo, en donde se reunió con Bachelet.
El mandatario brasileño agregó: "A mí no me agrada una base estadounidense más en Colombia (...) Pero como no me gustaría que Uribe diera una opinión de lo que yo hago en Brasil, no voy a dar pálpitos de las cosas de Uribe".
Bachelet, por su parte, justificó que en Quito se podrá "hablar con franqueza de todos estos temas" pues "hay países que están inquietos por esta situación".
Fueron precisamente estos dos mandatarios quienes convencieron a Uribe, en julio del año pasado, de ingresar al CDS, pues el mandatario colombiano había expresado reservas al respecto y había manifestado que prefería tratar temas de seguridad en el seno de la OEA.
En esa ocasión, Bachelet y Lula le aseguraron a Uribe que el CDS compartiría dos principios 'de oro' para el colombiano: el primero, que "debe haber un rechazo total (de los países miembros) a grupos violentos, cualquiera sea su origen", pues Uribe ha insistido en que los vecinos deben ser solidarios en la lucha contra las guerrillas; el segundo, "que las decisiones de un consejo de esta naturaleza deben ser por consenso".
Al cierre de esta edición, el gobierno colombiano no había dado respuesta al tema. Quien sí se había pronunciado ya fue el ministro de Defensa ecuatoriano, Javier Ponce. Él habló de la difícil coyuntura en que su país asume la presidencia de la Unasur, "porque las relaciones diplomáticas del Ecuador con Colombia no se han restablecido y las relaciones entre Venezuela y Colombia están congeladas".
En efecto, esta semana el primer mandatario venezolano, Hugo Chávez, ordenó el retiro su embajador en Bogotá, y habló telefónicamente con Lula, a quien le comentó "la amenaza que representa el intento de colocar bases militares estadounidenses en Colombia".
De hecho, los cancilleres de España y Brasil, Miguel Ángel Moratinos y Celso Amorim, reunidos en Brasilia, pidieron ayer "evitar una espiral de desencuentros" entre Colombia y Venezuela". El español dijo que tras una reunión el miércoles con Chávez, este demostró "voluntad de diálogo".
No obstante, Moratinos mostró sus propias reservas sobre el acuerdo militar de Colombia con E.U., al decir que se debe "evitar una militarización de América Latina".
Y aunque reconoció que el asunto es una "cuestión bilateral" de esos dos países, dijo que su país estará "en contacto" con ellos: "(Es) para que nos expliquen, nos digan, las razones de esta nueva apertura de bases".