Si algo se ha profundizado durante los últimos años en Colombia es el fenómeno social conocido como polarización: la segmentación ilógica e irracional de la sociedad en "castas" políticas, la manipulación de las masas para guiarlas en contra o a favor de un sistema y muchas veces sin que éstas conozcan en qué se basa un sistema y qué tan beneficiados o perjudicados se vean con éste. Hemos sido víctimas de un bombardeo constante de información por parte de medios poco imparciales, las búsqueda de atraparnos e impedirnos formar un criterio propio se hace incesante, hemos sido puestos en el dilema de "o eres mi amigo o eres mi enemigo"...así pues, hemos sido convertidos en peones en un juego de ajedrez que no parece tener fin.
A muchas personas no nos gusta hablar de política, ni entrar en debates, pero de cierta manera la política nos toca, es parte de nuestras vidas así queramos negarlo. Un debate político siempre nos tomará por sorpresa, y para ello se hace necesario estar preparado, pero...¿de qué manera nos estamos "preparando"?, ¿de qué manera nos informamos y nos formamos con esta información? Creo que muchas veces nuestra propia formación política no ha sido apropiada: nos hemos influenciado desde pequeños de lo que pensaban nuestros padres, de lo que aprendimos en el colegio, muchas veces de lo que aprendimos viendo la televisión y aún éramos muy pequeños para comprender. No podemos permitir que esa espiral hipnótica de la polarización nos siga absorbiendo, originar nuestras opiniones a partir de la proipa observación y análisis del entorno, de que no traguemos entero de lo que dicen los medios, ni los políticos y de que sepamos respetarnos entre nosotros mismos, independientemente de la discrepancia de nuestras ideas.