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Predeterminado Mi paso por la universidad pÚblica. Calificación: de 5,00

Los mejores licores
Es un articulo bastante largo, pero estoy seguro que vale la pena leerlo.

CRÓNICA: MI PASO POR LA UNIVERSIDAD PÚBLICA.
Maritza Castrillón



Recuerdo perfectamente el júbilo que sentí el dia que corroboré en El Tiempo que había sido admitida en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá. No cabía en los trapos de la dicha, brincaba de felicidad y mi mente creaba rápidamente escenarios en donde yo era una triunfadora. Tenía 17 años.

Recuerdo también el momento en que le comuniqué la noticia a mi papá. Con un tono un poco frio e indiferente, me dijo: "Ah, vea pues que tan bueno. La felicito. Ojalá no se vuelva comunista y no se dedique a la mariguana y la piedra". Yo, que en ese momento tenía una conciencia política igual a cero, hice caso omiso del comentario. Nisiquiera él podía opacar la felicidad del momento. La política para mi era un asunto de noticieros jartos y adultos aburridos. De haber tenido un atisbo de conocimiento en ese aspecto, con absoluta seguridad me hubiera entregado al estudio de "la lucha social" solamente para ir en contravía de mi papá, pero creo que, en ese entonces, a duras penas sabía quién era el Presidente de la República. Por lo demás, lo hubiera hecho también de no ser por que pensaba que podría traicionar de alguna manera la memoria de mi mamá.

Entré a la Universidad y un amplio mundo de pequeñas y grandes cosas empezó a ser parte de mi cotidianidad. Era la Facultad de Artes, llena de personajes extraordinarios, grandes maestros y multitud de gente nueva para mi.

En esa época la Universidad tenía comedores en donde ofrecían a los estudiantes desayuno, almuerzo y comida de $1. Para hacer una relación del regalo que eso significaba, un "corrientazo" bueno en los alrededores costaba $200. La matrícula me costó algo así como $500 y aunque no vivía dentro del campus, conocí las residencias femeninas que eran extraordinarias. Espaciosas e impecables. La hermana de una amiga mia vivía allí hacía dos años y pagaba un valor ínfimo por una habitación que más parecía un apartamento. A mi eso me parecía increible. ¡Todo era casi regalado!

Dentro de mi abanico de compañeros de curso (éramos 2, había uno que era ya un poco viejo para estar empezando una carrera. Se llamaba Gonzalo,tenía más de30 años, barba y voz grave. Era simpático y carismático. Vivía en unas residencias que habían sido asaltadas por los estudiantes y que, según me contaban, era un antro espantoso. Y nos pedía todos los dias la platica del almuerzo, lo cual no significaba ningún sacrificio para ninguno. Con $1 de esa época compraba uno dos cigarrillos en la calle. Ese personaje había pasado ya por 3 facultades y en lo que menos estaba interesado era en estudiar. Hablaba de revolución, de injusticia social, de imperialismo y de "joder" al gobierno. Yo, que no tenía ni idea de izquierdas y derechas, pensaba que estaba loco... pero hoy entiendo que no lo estaba.

Muchas veces fuí a tomar mi desayuno o mi almuerzo en los comedores de la universidad. El ahorro que eso representaba era incalculable para el bolsillo de un estudiante. Además, la comida era fabulosa. El desayuno además de jugo de naranja, café con leche o chocolate, huevos y pan fresco, estaba siempre acompañado de una salchicha o un buen trozo de queso. El almuerzo era muy balanceado. Siempre una rica y humeante sopa, carne, pollo o pescado, ensalada, arrocito en diferentes variedades y postre con un vaso de leche. Al que quiera más que le piquen caña, pensaba todo el tiempo.

Empecé a darme cuenta de la soberbia y la estupidez de un gran sector de estudiantes desde el primer dia. Cada ida a los comedores era una revolución. Alguien gritaba "¡avalancha!" mientras hacíamos la cola y se armaba el alacranero. Grupos de "rebeldes" se lanzaban sobre nosotros como animales y en medio de la confusión robaban, le tocaban las nalgas a las mujeres y hasta se agarraban a tenedor limpio. Tomar la alimentación en la universidad era una osadía, un riesgo mayor. Mi dilema siempre estaba entre ahorrarme $199 o permitir que me manosearan, me saquearan el morral, me enterraran un tenedor en un ojo o me lanzaran encima la sopa caliente.

Varios de mis compañeros y yo, mamados del riesgo que representaba desayunar o almorzar en los comedores, íbamos de vez en cuando a "El Rancho" o a algún lugar en la 45. Gonzalo, al ver esto, entre chiste y chanza, no nos bajaba de oligarcas hijueputas, (sin contar los comentarios que hacía sobre cosas como la ropa, el aseo personal o el lugar de residencia de alguno) después de lo cual nos contaba historias raras y se congraciaba con nosotros. Nunca me ofendí por eso y hasta seguía regalándole su $1.

Siempre pensé que un dia la universidad iba a cansarse de eso e iba a suspender tanto regalo, como en efecto, sucedió poco tiempo después.

Este primer barniz de universidad pública, rebeldía y lucha social me dejó un saborcito jarto. ¿Cómo podían poner en riesgo semejante oportunidad? No solamente estudiábamos en una de las mejores universidades del pais, que además era gratis, si no que nos ofrecían alimentación y vivienda a cambio de nada. Cuántos muchachos en la calle soñaban con ser admitidos, mientras una parranda de degenerados saboteaban todo cuanto el claustro nos brindaba. Vaina fregada esa.

Gracias a Dios no me volví comunista.






Esos recuerdos se quedaron durmiendo por mucho tiempo en mi conciente. ¡Qué imbéciles! Se le tiraron las ilusiones a muchos, por que querían "¡justicia dentro de la universidad!" Esos recuerdos despertaron mucho tiempo después...


SEGUNDA PARTE




Gonzalo me seguía pareciendo un tipo raro, pero no me caía mal. Cuando hablaba de cosas “normales” era divertido. Me había etiquetado de oligarca y ricachona pero siempre que tenía la oportunidad me buscaba para que lo invitara a tinto y me decía “mentiiiira, no me creas, tu eres una sardina buena gente”. Siempre calzaba las mismas botas y entre mis amigos hacíamos bromas referentes al evento desastroso que se desataría cuando se las llegara a quitar.

Un dia me invitó a un “bonche” que se iba a armar en la 45.

-No, mijo… ¡Ni de vainas! Yo no tengo nada que hacer por allá, qué peligro. No te metas en eso. ¡No me digas que tu organizas esas cosas!

-Nooo, yo no las organizo, pero…¿No te parece emocionante? Pero como eres una niñita “bien” no tienes motivos para protestar y menos contra “los tuyos”.

-¿Los mios? ¿Cómo así? ¿Emocionante?¿Te parece emocionante herir policías y ganarte un pedradón bien berraco en la cabeza?, además ¿protestar por qué? Si la Universidad lo único que tiene es cosas excelentes? ¿No te parece que más bien tenemos que agradecerle?

-Es que problema no solo es dentro de la Universidad, la oligarquía nos tiene comiendo mierda y en asocio con el imperio gringo nos han robado y han minado la libertad del pueblo. Te tengo que explicar, yo se que vas a entenderme.


No se en qué momento empezó a llamarme “güesito”. ¿Y esa vaina? ¿Por qué me dices así? Le pregunté un dia. Me dijo: “Porque eres un huesito duro de roer, o sea mi güesito”. Mis amigos más cercanos vivían diciendo que Gonzalo me tenía “ganas” y ahora creo que si, pero de llevarme pa´l monte y ponerme un fusil al hombro.

Gonzalo no hacía esfuerzos académicos, de hecho no tenía muchas habilidades artísticas. No era amigo de trasnochar haciendo trabajos, pero cuando había que pasar una materia siempre se aparecía con algo. Una vez me dijo que el solamente necesitaba mantenerse dentro de la Universidad y que estaba pensando en pasarse a Derecho. Yo, bastante ingenua, que no tenía ningún tipo de malicia con respecto a sus verdaderas actividades, le decía que estaba perdido y desorientado, por que cambiar Diseño Industrial por Derecho era una cosa loca.

Sus amigos eran gente ajena a la Facultad. Una vez me presentó a otro tipo de su edad que estaba en Sociología, creo. Ese día almorzamos en “El Rancho” y el amigo pagó. Le hice una broma por que era la primera vez que almorzábamos juntos sin que yo desembolsara $1 y además, en restaurante “pinchao”.

El amigo empezó a mandarme razones con Gonzalo. “Es que le gustaste mucho”, me dijo. Y yo empecé a huirle, solamente porque era un tipo que cuando le hablaba a uno, se le acercaba a la cara más de lo corriente y además salpicaba babas.

Yo tenía un par de buenos amigos en Arquitectura. En una ocasión nos juntamos para almorzar y uno de ellos me dijo que evitara a Gonzalo. Yo le dije que Gonzalo no tenía muy buena pinta, que era medio rebelde pero que no era una mala persona. “Ves?, tu excesiva candidez es lo que seguramente a él le llama la atención”. Mi amigo insistió y me dijo que sabía que Gonzalo tenía muy mala fama y que era algo así como un “capo” en la Gorgona (residencias estudiantiles), en donde pasaba de todo sin que la Universidad pudiera hacer algo. Me explicó que era un subversivo reconocido y por primera vez después de dos semestres, empecé a entender la peligrosidad del tipo. Empecé a temerle y a evadirlo.

Pocos días antes de entrar a tercer semestre Gonzalo me llamó a mi casa una noche. Yo empecé a temblar cuando oí su voz. Jamás le había dado mi teléfono y me parecía que estaba borracho. Me dijo que necesitaba $1000 que si los tenía para dárselos inmediatamente el iría a mi casa a recogerlos.

-No, Gonzalito, no tengo ni cinco disponibles. Estoy en la olla. Apenas tengo para terminar el mes.

-Mira “mi güesito” yo te los devuelvo tan pronto entremos. Tengo una urgencia.

-Viejo, no tengo. Tu crees que yo tengo árboles de plata y no es así.

-No seas mugre, yo se que si tienes. Hazme el favor.

-Gonzalo, te lo juro. Sabes que siempre te he ayudado, si puedo. Pero me agarraste limpia.

El lunes siguiente arrancó el semestre. Gonzalo no llegó ese dia, ni al siguiente, ni nunca. No se matriculó. Jamás averigüé por él pero supongo que se fue a cautivar incautos en Derecho, como me lo había anunciado.

Gonzalo no pudo reclutarme como tampoco pudo sacarme los $1000 que quería sabiendo que iba a desaparecer. Gonzalo no solamente era un guerrillero embaucador. Gonzalo era un ladrón.

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...Escapad gente tierna, que esta tierra está enferma, y no esperes mañana lo que no te dio ayer, que no hay nada que hacer...

Última edición por EricCartman; 12-07-2009 a las 05:39:12
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