Esto tenía que suceder algún día, o al menos, algo muy parecido. Porque ya son muchos los casos conocidos de hombres a los que su pareja les ha rebanado el miembro con un cuchillo y luego, los servicios médicos de emergencia, solucionan el problema con hilo y aguja.
Cuando la rusa Kira V., de 33 años, perdió la cabeza porque su novio le dijo que no quería volver a verla (¿¡cómo se atreve!?) tuvo un momento de lucidez para recordar alguno de los casos expuestos y debió pensar que cortarle el pene podría no ser suficiente castigo. Ella quería que su acción fuera absolutamente drástica, valoró la opción caníbal, pero finalmente ideó un método aún más original.
Simuló aceptar la ruptura e invitó al muchacho a una última cena regada con generosas cantidades de Vodka que le dejaron completamente dormido, situación que aprovechó Kira para atarle al pene una traca de petardos y pegarle fuego.
Alik, el pobre hombre, además de perder el miembro se encuentra en ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital, con peligro de perder la vida. A la salvaje Kira le esperan en cualquier caso unos cuantos años en prisión.