Bolivia se equivoca al impedir a otros gobiernos averiguar por qué sus ciudadanos fueron abatidos a tiros y tildados de mercenarios empeñados en asesinar a líderes bolivianos, mantuvo el miércoles el ministro de Relaciones Exteriores irlandés Micheal Martin.
La policía boliviana abatió a tiros la semana pasada a tres hombres - un húngaro, un rumano y al irlandés Mike Dwyer, de 25 años - y los acusó de haber llegado a Bolivia para matar al presidente Evo Morales y al vicepresidente Alvaro García.
Después que los líderes de Irlanda, Hungría y Rumania pidieron a Bolivia pruebas que respalden sus denuncias, Morales consideró ilegítimos sus temores y los acusó de respaldar a los asesinos.
"¿Cómo van a defender a esas personas que vinieron aquí para matar al presidente?", dijo Morales el martes.
Empero, Martin dijo que Morales no ha sido razonable ni justo y apeló a las autoridades bolivianas para que faciliten más información.
Mencionó pruebas que insinúan que los hombres murieron en una emboscada, no en un tiroteo de 30 minutos como contó la policía boliviana.
Irlanda "no ve con simpatía cualquier acción cuyo fin es desestabilizar Bolivia o que amenace la seguridad de su presidente democráticamente elegido", sostuvo Martin. Empero, rechazó la afirmación de Morales de que Irlanda y otros gobiernos afectados intentan interferir en la política nacional de Bolivia.
"El gobierno irlandés no tiene el menor deseo de verse mezclado en la situación política interna de Bolivia. Nuestro interés se ciñe exclusivamente al hecho de que fue muerto un ciudadano irlandés por las fuerzas de seguridad del estado boliviano en unas circunstancias particularmente violentas", dijo Martin.
Martin rechazó los relatos de la prensa boliviana que identificaron a Dwyer como un ex soldado del ejército irlandés y destacó que carece de antecedentes penales en Irlanda. La familia de Dwyer dijo que trabajó solamente como portero de un bar y como guarda de seguridad privado antes de desplazarse este mes a Bolivia.
El canciller dijo que Bolivia debe aclarar incógnitas importantes sobre las circunstancias de los asesinatos, especialmente si Dwyer y los otros podrían haber sido detenidos. Otros dos, un húngaro y un boliviano-croata con doble nacionalidad, siguen detenidos en Bolivia bajo sospecha de participar en la conjura para asesinar a Morales.
"El gobierno irlandés tiene el derecho legítimo a conocer cómo uno de sus ciudadanos fue muerto por las fuerzas de seguridad de otro estado, especialmente cuando las pruebas fehacientes son suficientes para plantear interrogantes en relación con la descripción de los hechos difundidos por las autoridades bolivianas", insistió.