LAS AGUILAS NEGRAS Y ALVARO URIBE

El creciente poder de las Águilas Negras son una derrota palpable de cualquier intento por decir que la desmovilización de los paramilitares fue un éxito o que se ha pacificado al país. El control de las Águilas Negras de cientos de poblaciones colombianas y su capacidad de aterrorizar estudiantes, sindicalistas, comerciantes y la ciudadanía en general es claramente una derrota contundente de la lucha contra el terrorismo. También indica la incapacidad del presidente Álvaro Uribe para controlar el conflicto armado y para terminar la guerra civil.

La existencia de las Águilas Negras es también una gran derrota del ejército colombiano y de su obligación de proteger la ley y el orden. El control territorial que han ganado las Águilas Negras es una pérdida del territorio nacional al que le corresponde defender el ejército colombiano. Las Águilas Negras desarrollan actividad criminal y guerra contra las FARC. En este sentido le ha quitado la iniciativa y el liderazgo del ejército colombiano en la guerra contra las FARC.

Las Águilas Negras también ejercen guerra contra toda forma de oposición no armada, bajo el silencio y la negligencia del gobierno del presidente Álvaro Uribe. Esto re-afirma la mutua condescendencia, implícita colaboración y tácita asociación entre el gobierno y las Águilas Negras para imponer a la fuerza el gobierno del Dr. Álvaro Uribe, como una dictadura.

Si las Águilas Negras existen dentro de la Seguridad Democrática eso significa que la Seguridad Democrática prolonga y estimula la guerra y por lo tanto es incapaz de traer la paz a los colombianos. El principio es universal: la guerra es inseguridad. Mientras haya guerra en Colombia no hay seguridad. No importa quien dirija esa guerra, ya sean las Águilas Negras, el gobierno, el ejército o las FARC.

La existencia del paramilitarismo es evidencia de la incapacidad del estado para cumplir sus obligaciones, una de ellas es enfrentar directamente a las FARC, y otra es defender la democracia, las instituciones de la sociedad y el estado de derecho.

No hay otra explicación para que un gobierno recurra y se apoye en criminales terroristas, como los paramilitares, que la pérdida de sus valores, principios e ideales. Algo únicamente posible en un gobierno dominado por la corrupción y el crimen e incapaz de salir de esos parámetros. Ningún gobierno transparente, ético y que luche por el bienestar de sus ciudadanos puede tolerar, asociarse o dejarse defender y representar por criminales.

La existencia de las Águilas Negras bajo las alas, prácticamente la indiferencia, del gobierno del Dr. Álvaro Uribe contradice que él haya desmontado cualquier paramilitarismo o traído paz a Colombia, pero también deja en claro que la Seguridad Democrática permitió la existencia de las Águilas Negras, estimulando y prolongando la guerra civil en Colombia. La incapacidad de la Seguridad Democrática para acabar con las Águilas Negras solo prueba su fracaso para proveer seguridad o paz a Colombia.