Vino Yair Klein (mercenario israelí), nos entrenó. Eso lo tiene la Fiscalía y la Procuraduría. Cuando él vino se montó el centro de operaciones en la Finca las Margaritas, en la salida a la Autopista Norte. Allí se cumplían muchas ‘misiones’ que no eran propias del Ejército.
¿Por qué la justicia no ha hecho nada con sus denuncias?
No sé. Yo me he ratificado. Fueron cosas que se hicieron en esa época, cuando el Ejército operaba como quería.
¿Lo han amenazado?
Claro. Cuando estaba en la Modelo llegaron tres tipos un sábado haciéndose pasar que iban a buscar a otra persona y me dijeron que si no me callaba ellos me callaban. Al día siguiente llegó un preso y me dijo que el ‘cacique’ del patio había dicho: “Estamos esperando que nos consignen la plata para hacerle la vuelta al sargento”. Yo hice un informe al Inpec y me trasladaron para la Picota.
¿Y quién tiene conocimiento de esas denuncias?
La Fiscalía, mi abogado Harvey Prada y la Defensoría del Pueblo.
¿Cómo cree que va a terminar este proceso?
Estoy esperando que se aclare lo de mi juicio. Porque el juez que me condenó fue injusto. Sólo escuchó lo que dijo el Fiscal y la prueba de la defensa no la tuvo en cuenta. El examen siquiátrico decía que yo sufría de trastornos mentales, que soy una persona que debido a los combates padezco de sicosis de guerra y que yo necesito tratamiento.
¿Y eso no desvirtúa sus denuncias?
No, porque las denuncias que yo hice son cosas reales. Tengo pruebas.
¿Esas pruebas las conoce la Fiscalía?
Acá estuvo una fiscal de la unidad de DIH y me mostró una lista, con unos nombres, lo que nosotros llamamos ‘muñecos’ (muertos). Yo le dije: sí, ése murió en tal parte, a tal hora y coincidía con los datos que ella tenía. Por ejemplo, me mostró un nombre y yo le dije que esa operación se hizo en el barrio La Chinita, en Apartadó. Y cuando corroboró, se dio cuenta de que yo decía la verdad.
|