Don Rosendo, un padre de familia con 63 años de edad, cuenta cómo sufrió y se desvelo durante siete años, tiempo en el que su hijo menor estuvo en las Farc. Recuerda que un domingo Alonso le pidió que le regalara 50 mil pesos para devolverse a la casa y hasta ahí supo de él.
Así comenzó la angustia, al llegar a casa su hijo no estaba; paso un mes y no sabia de él. Hasta que logro localizar al amigo con el que Alonso se había ido y este le dijo que los dos habían iniciado raspando coca en el área de la Macarena en el departamento del Meta, y luego habían sido reclutados por la guerrilla de las Farc.
El amigo de su hijo se había podido regresar porque no había servido para la guerrilla por padecer de una hernia, pero Alonso no pudo volver. Don Rosendo describe esta situación como muy dolorosa, pues nunca se imagino que un hijo suyo fuera guerrillero. Pasaron dos años para volverlo a ver y solo por unas horas, pues llego a la casa acompañado por otros compañeros y no podían hablar mucho.
Así pasaron ocho años, hasta hace dos meses que recibió una llamada de su hijo diciéndole que se había fugado de las Farc y se había entregado al Ejército, que le estaba hablando de la emisora en la base militar y que lo querían entrevistar.
Fue la sorpresa más grande en mucho tiempo, además porque pensaba que tal vez ya estaría muerto o muy enfermo. Don Rosendo afirma que no solo su hijo volvió a ala vida con escaparse de las Farc, si no que él también, pues él también volverá a dormir tranquilo.