Según una encuesta realizada a 2.500 adultos, el 25% de los británicos desearían que el karaoke nunca se hubiera inventado. Desgraciadamente para ellos en 1971 Inoue Daisuke, un músico japonés, creó este artefacto y lo bautizó "orquesta vacía". Ya era popular en Asia cuando en 1980 invadió el resto del mundo.
Daisuke nunca patentó su invento (el cual desarrolló modificando un estéreo de auto, un alcancía y un amplificador). Esta omisión le habría costado un estimado de 150 millones de dólares.
Kane Kramer, director de la Sociedad Británica de Inventores, explicó que ver a la máquina de karaoke en la cima de la lista de inventos molestos le hace gracia. "Cuando la gente canta karaoke la pasa muy bien, pero la audiencia sólo oye a alguien que no puede cantar durante más tiempo de lo soportable y eso es muy displacentero", sostuvo.