La justicia española ha abierto una investigación para esclarecer el asesinato a tiros en la tarde del jueves del supuesto "capo" del narcotráfico colombiano Leónidas Vargas Vargas en un hospital de Madrid, informaron fuentes policiales a AFP.
"Se ha abierto una investigación" para esclarecer los detalles del asesinato de Vargas, alias "El Viejo", quien recibió cuatro disparos por parte de un sicario en su habitación del hospital Doce de Octubre de Madrid, dijo un portavoz policial.
La policía española baraja el ajuste de cuentas como probable móvil del asesinato, aunque el ministro de la embajada colombiana en Madrid y embajador en funciones, Luis Alfonso González, señaló en declaraciones a la prensa que "es difícil establecer el móvil pero se está investigando".
El asesinato se produjo sobre las 20h00 locales (19h00 GMT) cuando, al parecer, un sicario penetró en la habitación donde se encontraba la víctima junto con otro enfermo.
El asesino preguntó a este último si era Leónidas Vargas y tras responder que era la persona de al lado, le disparó cuatro tiros antes de huir corriendo del hospital.
El compañero de habitación de la víctima tuvo que recibir asistencia psicológica, al igual que una enfermera que llegó después pero no pudo ver al asesino.
La policía cerró varias plantas del hospital, pero no logró dar con el asesino, que, según publican este viernes los medios, podría haber huido hacia el metro en compañía de otra persona.
Vargas se encontraba en libertad bajo fianza por motivos médicos a la espera de juicio por su supuesta relación con un alijo de 500 kilos de cocaína, por el que fue detenido el 8 de julio de 2006 a su salida de un hotel de Madrid.
Según González, la víctima, que no contaba con ningún tipo de vigilancia, iba a ser juzgada en marzo y gozaba de la libertad condicional para ser "tratado de una enfermedad pulmonar de la que no podía ser tratado en el penal" y tenía que acudir al centro hospitalario donde fue asesinado.
Según la prensa colombiana, Vargas fue considerado como el rey de la coca en el sur de Colombia en los noventa, amasando una gran fortuna y siendo uno de los primeros narcotraficantes que se pusieron en contacto con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Vargas fue detenido en 1993 en su país y condenado a 19 años de cárcel por enriquecimiento ilícito y narcotráfico, y a 26 años por homicidio, aunque sólo purgó ocho años de cárcel, donde sobrevivió a un intento de asesinato en 1997.
Su muerte en un hospital madrileño ha tenido amplia repercusión en la prensa española y ha abierto una polémica sobre la seguridad en los centros hospitalarios, que ha llevado a la presidenta regional de Madrid, Esperanza Aguirre, a asegurar que la seguridad en los hospitales "está absolutamente garantizada".