Portada del libro escrito por el ex presidente cubano y presentado en la La Habana.

El ex presidente se refiere a 'Tirofijo' como un "gran líder", aunque reconoce diferencias con respecto a la manera en que orientó su movimiento guerrillero. El libro fue presentado en La Habana.

"Yo discrepaba con el jefe de las Farc por el ritmo que asignaba al proceso revolucionario en Colombia, su guerra excesivamente prolongada".

Este es un aparte de la introducción del libro 'La paz en Colombia', que el ex presidente cubano Fidel Castro escribió en los últimos meses y que ayer fue presentado a la opinión pública.
El líder comunista dijo haber dedicado 400 horas de "intensa labor" al libro, presentado en el Palacio de Convenciones por el ministro de Cultura, Abel Prieto, y el cual incluye documentos, entrevistas y vivencias.

Amenaza con ser un texto polémico. entre otras razones, porque Castro divulgará documentos inéditos sobre asuntos que él resolvió con varios gobiernos colombianos durante los últimos 30 años.


Ayuda al M-19

Por ejemplo, confirma que el presidente Julio César Turbay Ayala (1978-1982) entregó un millón de dólares a los guerrilleros del M-19 que su gobierno asiló luego de abandonar la sede de la embajada de República Dominicana, en Bogotá, donde mantuvieron secuestrados a diplomáticos de todo el mundo, durante varios meses.

Castro también revela en su libro que durante los diálogos de paz del presidente Andrés Pastrana (1998-2002) con las Farc, hubo un momento en que estuvo a punto de firmarse la paz definitiva, gracias a una propuesta suya.

El alto comisionado para la paz, de la administración Pastrana, Camilo Gómez, confirmó esa versión anoche a EL TIEMPO, en la casa del embajador de Cuba en Colombia, José Pérez Novoa.
Gómez ratificó que Castro se esforzó por lograr el éxito de las negociaciones de paz con las Farc y que ayudó a construir muchos documentos que, de haber sido acogidos por esa guerrilla, habrían conducido a mejores resultados.

Nunca envió armas
A lo largo de su escrito, el ex jefe del gobierno cubano se empeña en asegurar que nunca envió armas o ayuda financiera a las guerrillas colombianas.
Pero en algunos apartes sí confiesa que instruyó a guerrilleros centroamericanos sobre el respeto riguroso y "ético" que debía tenerse en cuenta con los prisioneros de guerra.
El libro de Castro, que se centra en explicar lo que a su juicio ha sido su interés por ayudar en la búsqueda de la paz para Colombia, se inicia con una explicación de lo que fue el 'Bogotazo', tras la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, cuando él se encontraba en la capital colombiana.
El marco elegido para la presentación del libro fue el edificio del Palacio de Convenciones, un lugar en el que se organizan habitualmente los numerosos congresos que se celebran en el país. También sirve de escenario para las reuniones plenarias de la Asamblea Nacional.
Aparte del ministro de Cultura Abel Prieto, los otros dos presentadores ante los presentes en La Habana fueron la periodista y escritora -casi biógrafa oficial de Castro-, Katiuska Blanco y el jefe del departamento América del Partido Comunista de Cuba, José Arbesú.

El esfuerzo cubano
Según Arbesú, la importancia del texto de 265 páginas y 40 fotografías es que "aborda algo que ha estado oculto: los esfuerzos de Cuba por la paz en Colombia".
El dirigente que aportó informes y fotos de sus contactos con las Farc para este trabajo, aseguro que "nosotros nunca enviamos ningún armamento en todos estos años ni hemos dado ayuda financiera a las guerrillas".
Arbesú explicó que Cuba comenzó por razones humanitarias en 1980, cuando un comando del M-19 se tomó la embajada de la República Dominicana. Cuba ofreció acoger a guerrilleros y secuestrados en la isla.
Después, intervino en el caso del secuestro del hermano del ex presidente Belisario Betancourt y, posteriormente, en el del hermano de César Gaviria. Incluso, intervinieron, sin éxito, en el caso del niño que estaba muriendo y quería ver a su padre y en el de los indigenistas estadounidenses.

'Estamos con la paz'
"Expresé con claridad nuestra posición en favor de la paz en Colombia, pero no estamos a favor de la intervención militar extranjera ni con la política de fuerza que Estados Unidos pretende imponer a toda costa y a cualquier precio a ese sufrido y laborioso pueblo", dice el libro.
"Critiqué con energía y franqueza los métodos objetivamente crueles del secuestro y la retención de prisioneros en las condiciones de la selva. Pero no estoy sugiriendo a nadie que deponga las armas, si en los últimos 50 años los que lo hicieron no sobrevivieron a la paz. Si algo me atrevo a sugerir a los guerrilleros de las Farc es simplemente que declaren por cualquier vía a la Cruz Roja Internacional la disposición de poner en libertad a los secuestrados y prisioneros que aún estén en su poder, sin condición alguna", agregó.
Responsabilizó a Estados Unidos por la crisis regional entre Colombia y Ecuador tras el bombardeo del campamento de 'Raúl Reyes'.
El libro aborda elementos del inicio de la lucha de 'Tirofijo' y de los grupos surgidos entre 1949 y 1953 que desembocaron en los años 60 en las Farc y que -dice- configuran "la extrema complejidad del proceso colombiano".
Fidel Castro también sostiene que el "problema de las drogas en realidad fue generado por su enorme demanda en los Estados Unidos y sus autoridades nunca se decidieron a combatirlo con energía".
El texto leído por Prieto revela que "Raúl Reyes le contó a Arbesú que el Departamento de Estado hizo contacto con las Farc interesado en su colaboración para luchar contra las drogas. Era lo único que les interesaba, dijo Reyes. Para solicitar tal colaboración las Farc no eran terroristas, podemos añadir nosotros, dice Fidel".
Agrega que Marulanda era partidario de la sustitución de los cultivos "acompañados de programas sociales y compensaciones económicas".
Abel Prieto prosiguió: "Uno de los objetivos de este libro es ofrecer una imagen lo más completa, lo más documentada posible, de la personalidad de Marulanda, de su vida, de sus ideas, de su trayectoria como líder y como combatiente revolucionario. Es un acercamiento muy respetuoso de Fidel, muy serio, muy matizado, que al mismo tiempo no elude ninguno de los aspectos en que pudiera haber discrepancia entre las concepciones del guerrillero colombiano y las concepciones de la revolución cubana. El retrato de Marulanda que se nos ofrece en este libro contrasta de manera muy obvia con la manipulación mediática tan grosera que se ha hecho de esta figura".