El gobierno colombiano denunció el martes que un atentado atribuido a la guerrilla de las FARC, que mató a dos militares, fue cometido desde una reserva indígena, por lo que estudia suspender la entrega de tierras a los nativos que marchan hacia Bogotá para exigir esas titulaciones.
Según el ministro de Agricultura, Andrés Arias, los explosivos que causaron la muerte el lunes a dos soldados y heridas a otro en el departamento de Cauca (sur) estaban sembrados en un resguardo indígena y fueron activados desde una casa del lugar.
"Estamos evaluando eso (suspender la entrega de tierras) porque la evidencia, lo que se encuentra es bien complicado", declaró Arias a la radio La FM.
"Fueron siete cargas tipo abanico, esas casi que son dirigidas, y estaban adentro del resguardo (...), sobre una vía que comunica a los municipios de Caloto y Corinto, y fue activada, según informe del comandante del batallón Pichincha, con un cable que va hasta una vivienda al interior del resguardo", agregó.
El Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), que convocó la marcha hacia Bogotá para exigir al gobierno el cumplimiento de acuerdos sobre "restitución" de tierras y respeto a su autonomía, rechazó la versión del ministro y dijo que busca entorpecer sus reivindicaciones.
"No tenemos nada que ver con esto. Rechazamos esas declaraciones, son malintencionadas y no obedecen a la realidad", aseguró Feliciano Valencia, dirigente del CRIC, a la AFP, señalando que los artefactos explotaron fuera del predio.
"Le pedimos al ministro que no le siga poniendo zancadillas al cumplimiento de los acuerdos", añadió Valencia. Los señalamientos ponen a las etnias "en grave riesgo por el contexto de violencia en que viven", dijo.