Las mujeres comenzamos a menstruar como edad promedio a los 12 años, situación que se extiende hasta alrededor de los 50. Si se experimenta un período menstrual de cinco días en promedio cada veintiocho días, la mujer gasta un promedio de siete años de su vida menstruando.
Es llamativo que hasta el día de hoy, y pese al esfuerzo de la ciencia por desmitificar la menstruación, ésta siga ocasionando aversión y distancia, sobre todo a la hora de hablar de sexo. ¿Por qué la gente asocia la menstruación a cosas malas?
Al buscar rastros a lo largo de la historia que expliquen esta asociación, se encuentran varios ejemplos de argumentos que sirven para justificar, esta idea incorrecta que “la menstruación es mala” o que “las mujeres que menstrúan deben apartarse”. Así, las primeras civilizaciones observaron que el olor de la sangre llamaba la atención de carnívoros hambrientos; por ello, una mujer sangrando podría posiblemente poner a un grupo de gente en riesgo de ser atacado. Mucho tiempo ha pasado desde que se instalaron estas creencias y ya es tiempo que las mujeres conozcamos mejor sobre este fluido corporal y las posibilidades reales que la menstruación se integre a nuestra cotidianeidad con la mayor naturalidad posible.
Comencemos por entender que es efectivamente la menstruación. La descarga menstrual se compone principalmente de sangre, alrededor de dos tercios. El tercio restante es mucosa, fragmentos de recubrimiento uterino, y células del recubrimiento vaginal. La sangre de la menstruación es distinta de la sangre que circula por el cuerpo que es más alcalina y no puede coagularse. Debemos tener en mente que antes de abandonar el cuerpo de la mujer, este fluído era el nutriente y la protección futura para un nuevo feto, y como tal representa vida.
Revisemos algunos hechos curiosos concernientes a la menstruación. En ausencia de luz humana, el ciclo menstrual de la mujer se sincroniza con las fases de la luna. Así, la ovulación ocurre en luna llena y la menstruación comienza con el comienzo de la luna nueva. Las mujeres que viven juntas experimentan una sincronización de los ciclos menstruales como resultado de estar expuestas a químicos contenidos en su sudor. Cuando la mujer ovula mejoran sus sentidos de la vista y el olfato y tienen una mayor sensación de bienestar. Durante la menstruación las mujeres son más propensas a problemas cutáneos, como acné y herpes. En este período también son más susceptibles a infecciones vaginales.
Muchas mujeres y adolescentes me han preguntado si tener relaciones sexuales y/o masturbarse durante su período está “bien”. La mayor inquietud se relaciona con saber qué hacer, es decir con el factor "suciedad." Nuestra sociedad no permite usualmente a las mujeres hacer nada que sepan que las hará ensuciar y el fluido menstrual, efectivamente ensucia. En consecuencia, a la mayor parte de las mujeres no se les ocurriría tener sexo durante la menstruación. Toma mucho esfuerzo por parte de la mujer tener actividades sexuales durante un período que la sociedad dice que debe estar oculta, o al menos ocultando el hecho que ella está menstruando.
Sin embargo, la menstruación no ocasiona naturalmente el cese de nuestro deseo sexual. Es más, algunas mujeres experimentan un marcado incremento en su libido durante su período menstrual y como resultado anhelan el sexo en pareja. Algunas mujeres han encontrado que tener orgasmo(s) durante su período menstrual alivia los dolores menstruales. Esto es porque las contracciones uterinas del orgasmo ayudan a expeler el fluido menstrual y alivian algo de la tensión muscular en los músculos del útero, causada por la hormona prostaglandina.
Mantener una vida sexual activa durante el período menstrual e incluso practicar la masturbación no debe ser visto en forma distinta a como lo es durante el resto de su ciclo menstrual.
Tener sexo con tu pareja durante la menstruación puede inicialmente ser un desafío significativo de conquistar. Muchas mujeres sienten que tienen algo que mantener oculto de su pareja y que su pareja debe encontrarlas indeseables en este período. Esto es lo que la sociedad nos ha dicho toda la vida. A veces es difícil superar estos sentimientos y discutir la idea de tener sexo durante la menstruación.
Por otro lado, la pareja puede no tener experiencias con la menstruación, entonces saben poco o nada de eso. Somos naturalmente un poco temerosos de lo que no comprendemos porque presenta riesgos desconocidos. Todo esto actúa para crear una barrera a la intimidad sexual durante el período menstrual.
Si haces de la menstruación una parte natural de tu vida, es mucho más probable que sea una parte natural de tu vida sexual. Tu y tu pareja pueden lograr esto reconociendo que la menstruación ya es un hecho cotidiano que los acompaña. Puedes lograrlo mencionando casualmente que estás tomando una ducha caliente para aliviar los dolores menstruales, o que necesitas encontrar un lugar para cambiarte el protector o tampón, en vez de decir que necesitas "ir al baño". Puedes también colocar un nuevo protector o tampón en la repisa del baño cuando tu pareja está presente. Puedes pedirle a tu pareja que te alcance un protector o tampón si está más cerca de ellos. Tu y tu pareja pueden comprar tampones y protectores juntos. En fin, la actitud que desarrollen tu y tu pareja durante tu periodo menstrual, tendrá un impacto directo sobre la disposición a tener sexo durante la menstruación.
Probablemente, al conversar con tu pareja sobre el tema, encontrarás menos aprehensiones de las que imaginas. Ya que la menstruación es frecuente, el sexo y la menstruación se juntarán tarde o temprano. Más allá de las actitudes sociales, que no siempre son compartidas por todos en esta sociedad, no hay motivos para que las parejas no deban tener sexo y coito durante el período menstrual.
Sin embargo, es comprensible que se tema por las molestias que podría ocasionar eventualmente el sexo durante la menstruación. Si no sólo vas a participar sino que también vas a gozar el sexo durante tu período menstrual, debes estar dispuesta a "ensuciarte," y lo más importante, no debes preocuparte por ello. Debes poder descartar tu toalla sanitaria o tampón, que te ha acompañado durante esos días, y "arruinar" una toalla o un juego de sábanas perfectamente buenas. Debes también estar dispuesta a que tus fluidos corporales se pongan en contacto con las cosas a tu alrededor, incluyendo a tu pareja. Tu y tu pareja por lo tanto no deben temer ponerse en contacto con sus fluidos corporales.
A continuación, te entregamos algunas sugerencias prácticas que te permitirán integrar la menstruación a tu vida sexual:
- Tener relaciones sexuales en la ducha, puede ser una buena opción si lo que te preocupa es manchar tu ropa de cama.
- Sin embargo, puedes también disponer de “toallas menstruales”, es decir toallas suaves que puedas colocar sobre tu sábana, mientras te dedicas al juego sexual. Si lo prefieres puedes utilizar toallas de color oscuro o multicolores, así cualquier mancha de sangre no será tan obvia, si esto te molesta.
- Si no tienes acceso a toallas “que dar de baja” o no puedes comprar unas especialmente para estos fines, cualquier material absorbente también funcionará.
- Cuando hayas terminado no saltes y "limpies," tome una siesta, vete a dormir, ve una película o almuerza.
- No necesariamente tienes que ir a lavarte y a limpiarte enseguida. La menstruación y los fluidos corporales, recuerda, son naturales.
- Cuando necesites lavarte, sosten una toalla contra tu vulva mientras caminas hacia el baño.
- Tu cuerpo se limpia tan solo con un poco de agua. No necesitas de lavados especiales.
- Lava las toallas utilizadas o remójalas en agua fría, quizá con un poco de blanqueador o desinfectante
Una vez que te acostumbres a este modo diferente de coexistir con tu período menstrual, probablemente te sentirás más cómoda con tu cuerpo y su funcionamiento.