A ninguna de las partes le conviene continuar con este proceso jurídico-económico.
En caso de continuar no creo que Venezuela sea la más perjudicada, el perjuicio sería por partes iguales.
Siempre habrá clientes sedientos de crudo y con suficientes recursos para adquirirlo o comprarlo, es cierto que no se consiguen de la noche a la mañana pero ahí están. El eje de la economía global tiende a alejarse de la gringa.
Estados Unidos tiene un factor técnico en contra y es el que menciona Bernard Mommer en dicho artículo de la revista Semana "... las refinerías en Estados Unidos están especializadas en petróleo venezolano". Los venezolanos se han especializado y son los que mejor saben tratar crudos pesados (los crudos pesados son una pesadilla porque son los más difíciles de explotar, tratar y para completar son los de más bajo precio; para que sea rentable debe someterse a costosos métodos de recuperación, manejo y refinación). Los gringos no tienen cómo adecuar, en corto tiempo, sus refinerías actuales o construir nuevas que estén en capacidad de procesar los volúmenes de crudo que demanda su economía.
Y Venezuela... pues que lástima de los vecinos, su actual presidente los tiene aguantando hambre a pesar de la bonanza petrolera, que viene desde finales del 2004. Pero si ese presidente, dizque socialista, invierte un alto porcentaje de los "petrodólares" que les pertenece a todos los venezolanos en gobiernos extranjeros inestables (que más temprano que tarde caerán) como el ecuatoriano, boliviano y nicaragüense, además se le suma todos los fondos desviados a Cuba... ¿qué puede esperarse?. Y no olvidemos que las bonanzas petroleras no duran muchos años. Pobres "chamos"