Sin embargo, a nivel internacional, todos estos hechos no han pasado desapercibidos, y a través de la opinión pública se ha ejercido una presión fuerte en contra de Uribe en diferentes escenarios del orbe. Esta situación ha obligado al gobierno a fortalecer más su política internacional, tratando de generar OPINIÓN GLOBAL, mostrándose como un mandatario legítimo, democrático, respetuoso de la oposición y del sindicalismo, no intransigente, generoso con los “enemigos de la sociedad” que quieran someterse a la autoridad del Estado y defensor de los derechos humanos. A través de una gran estrategia mediática, creada y sostenida por los grandes medios de comunicación, se viene buscando cambiar las percepciones de la comunidad internacional sobre el problema interno del país, tratando de demostrar que aquí no existe un conflicto social y armado, sino una amenaza terrorista, y que el gobierno lo único que ha pretendido con su política de seguridad democrática es lograr la paz del país, a través del sometimiento a la justicia de todos los actores sociales, no importando su procedencia ni sus actuaciones pasadas, porque según él, “todos son responsables por igual” y a todos se les debe dar, por tanto, un trato jurídico y político igualitario. La tendencia que se visualiza a futuro, es que se están creando las condiciones necesarias para que socialmente se acepte la promulgación de una ley de punto final, donde se haga un borrón y cuenta nueva sobre las responsabilidades por la violencia de los últimos dos lustros en el país.

Desde este contexto, es que se hace necesario analizar entre otros, el problema del Intercambio Humanitario, las propuestas de solución política, los falsos positivos, la designación del canciller Araújo, el protagonismo dado al superintendente Pinchao, las excarcelaciones masivas de guerrilleros de las Farc, la convocatoria a la marcha de repudio contra el secuestro y el asesinato de los 11 diputados del Valle y el escándalo suscitado por el pronunciamiento realizado en una universidad del Ecuador por varias organizaciones sociales y de izquierda sobre la vigencia de todas las formas de lucha, y en donde participaron varios delegados de sindicatos colombianos.

Las relaciones con Estados Unidos se mueven hoy en dos direcciones: amistosas, con el gobierno de Bush; y distantes coyunturalmente, con los congresistas demócratas, debido al manejo político que se le está dando a estos asuntos referidos a Colombia en el contexto de la campaña por la presidencia de los Estados Unidos a efectuarse en el 2008. Problemas como el TLC, la lucha contra el terrorismo, el Plan Colombia, la Política de Fumigaciones, la situación de derechos humanos en Colombia, las relaciones con los vecinos de Suramérica, se mantendrán al orden del día, por lo menos hasta finales del próximo año.

Otro frente importante de la política internacional está en Francia. ¿Por qué el interés inusitado de un presidente extranjero como Sarkozy en Colombia? ¿por qué y cómo consiguió que el presidente Uribe liberara a Granda y a otros presos de las Farc de la cárcel? ¿Cuáles eran las “razones de estado” que justificaban estas acciones del gobierno? ¿Qué relación pueden tener estos hechos con el pronunciamiento del G8 sobre Colombia y con los intereses estratégicos de Estados Unidos y Francia en Suramérica?

Se hace necesario realizar un seguimiento pormenorizado a todo lo que viene ocurriendo en este rincón del continente, y en el papel que Colombia viene cumpliendo en el proceso de integración latinoamericana “made in USA”, fortaleciendo los proyectos del Plan Puebla Panamá, IIRSA y los TLCs, y obstaculizando los procesos de unidad autónomos como el ALBA, el Mercosur, el TCP, entre otros. Desde Colombia, es muy posible que el imperialismo esté fraguando alguna estrategia encaminada a desestabilizar los procesos de Venezuela, Ecuador y Bolivia; y qué mejor excusa que la lucha contra los grupos guerrilleros, calificados internacionalmente como “terroristas”. El aval conseguido por parte del G8, la manipulación mediática de la opinión pública, las operaciones encubiertas de grupos mercenarios que actúan libremente y sin control en diversas regiones del país, la intervención de Sarkozy en la política interna de Colombia, la campaña internacional contra Chávez y la política ambigua que viene manejando Lula en el Brasil en relación con la región, configuran un contexto favorable para que se vaya gestando un proceso de intervención directa por parte de Estados Unidos para acabar supuestamente con “las amenazas terroristas”.

A pesar de lo adverso de la realidad social del país, se evidencia un proceso lento, pero significativo, de ascenso en las luchas sociales y políticas.

[1] Libreros, Daniel y Sarmiento Anzola, Libardo. El Régimen terrateniente- financiero transnacional.
En: Revista CEPA. Abril de 2007.

[2] Giraldo, César. Política social Uribe Vélez: sombras nada más. En: Le Monde Diplomatique Colombia. Julio de 2007. P, 9.

[3] Citado en: Duque G., Martha Alicia. Colombia, IIRSA, TLC; Plan Puebla Panamá: la agenda oculta geoestratégica de la integración USA (2006). Bogotá: Ediciones Desde Abajo. P. 11.
[email protected]