Doctor, me encuentro muy cansado. A ver, cuénteme su vida cotidiana. Pues me levanto para ir a trabajar y le echo un polvo a mi mujer. Cuando llego a casa para almorzar, mi mujer se empeña en que le eche otro polvo. Y cuando llego por la noche del trabajo, le echo uno antes de cenar y otro antes de acostarnos. - Pues no me diga más- exclama el médico- usted está cansado de tanto pichar!! ¿Seguro doctor? Porque yo pensaba que era de las pajas que me hago en el trabajo!!! |