Respuesta: De cancha en cancha Esto ya lo había contado pero es bueno recordarlo.
Por mi profesión tengo que viajar a carias ciudades de Colombia y algunas también del exterior. Resulta que en el año 2006 me salio mucho trabajo para el Putumayo y para Pasto. Estando en esta última ciudad, empecé a sentir el fervor futbolero del equipo de la ciudad en las finales del campeonato y un espíritu deportivo como nunca he visto en ninguna ciudad. Nada que ver con las barras de Millos, de quien era hincha en ese tiempo, menos las de Santafé, América o Nacional, nada de violencia, nada de agresividad, todas las energías encaminadas al equipo y nada más. Esa ciudad era una fiesta y fui acogido como propio, me hicieron miembro honorario de una barra pequeña, de barrio, casi familiar, me guardaban el puesto para cada partido en occidental (no había numerada), gozábamos todo el partido, luego íbamos a comer, a rumbear, en fin, me sentí como en mi casa y mejor aún.
El éxtasis se logró cuando el Deportivo Pasto salió Campeón (la única estrella que tiene) Fue una fiesta total y fuimos hermanos. No solo con los conocidos sino con todo el mundo, con toda la ciudad, aún con los hinchas del Cali, equipo al que enfrentó.
Ahora soy hincha del Deportivo Pasto, ni siquiera por el equipo que me ha dado más decepciones que alegría sino por cada uno de sus hinchas pastusos. Son una calidad y diametralmente opuestos al hincha promedio de Millos. Por estos últimos me alejé del estadio y por los primeros volví a ir a la fiesta que es ver un partido en directo desde la gradería. |