Denunciante Dorado
 |  La Academia se ‘nichecanizó’ (una opinión personal acerca de los -devaluados- Premios Oscar)
Calificación: de
5,00
 | Varias veces me he soñado despierto que estoy en Los Angeles, participando de alguna edición de los Academy Awards en la que me convierto en el primer colombiano en ganar el (supuestamente) galardón más codiciado del séptimo arte.
Catalina Sandino y Ciro Guerra se me adelantaron, ja ja ja, al menos en lo de estar en el Kodak o el Dolby Theatre como candidatos -la primera perdió ante Hillary Swank en la categoría Mejor Actriz en 2005 y el otro ante ‘El Hijo de Saúl’ en la categoría Mejor Película Extranjera en el 2016-, pero por supuesto que lo tomo como algo positivo, sobre todo cuando estar como protagonista en uno de estos festivales (ya lo sé: el Oscar no es un festival) viniendo de esta parte del globo terráqueo es, por decir lo menos, una experiencia sin igual.
Y así sigue intentándolo hacer la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de ESTADOS UNIDOS: intentándose abrir lo más que pueda al resto del mundo en materia de nominaciones como si tuviesen la obligación de hacerlo. Una duda consecuente al respecto sería: ¿sí lo deben de estar?  La primera película latinoamericana (y argentina) ganadora del Oscar a Mejor Película Extranjera. La otra es 'El Secreto De Sus Ojos'. Cuando hace varias décadas atrás los Premios Oscar parecían estar vetados para Latinoamérica, supongo que en la mayoría de países de este gran subcontinente se disfrutaba del cine mayoritariamente estadounidense sin que nadie protestara porque una de las películas producidas en, por poner ejemplos, Perú, Colombia o Argentina no fueran tenidas en cuenta allá.
Sencillamente no había discriminación ni de un lado ni del otro (esto es lo que supongo), porque cada pedazo en esta tierra dentro de los límites del mundo fílmico se preocupaba por llegarle a su público con una historia que fuese lo suficientemente popular para que, además de llenar las aspiraciones personales de sus realizadores, se pudiese recuperar el gasto producido por la realización del largometraje.
No habían más motivaciones, a excepción claro está de las intenciones de los estudios norteamericanos (y algunos europeos quizá), de que muchas de sus cintas hicieran una excelente recaudación por estos lares, simple y llanamente por el poder que como potencia ejercen para imponer sus producciones en nuestras carteleras.
 Sin embargo a toda regla le sale su excepción, y aquí en este caso entra a jugar México. Eterno limitante geográfico con el Tío Sam primero que todo, enemigo desigual en capacidad militar lo cual hizo que una cantidad considerable de “tierra manita” pasara a convertirse en estados gringos, los mexicanos a pesar de la cacareada resistencia que han proclamado en diversas ocasiones ante el poderoso yankee, en el fondo les pasa como a muchos: que ven a los U.S.A como la Tierra Prometida.
Y trasladando esto al asunto de los Oscar: cuando el año pasado pensábamos que la cinematografía vinculada con lo mexicano no podía darse más lujo de vanidad y soberbia haciendo que Hollywood se arrodillara ante ‘Coco’ (está bien, la película no es mexicana pero es como si lo fuese) y ante Guillermo Del Toro con su ‘Shape Of Water’ (La Forma Del Agua, que me encanta), la Academia se termina de bajar los pantalones y de ponerse en una cierta posición, eh…, ustedes me entienden, con la candidatura a nada menos que a diez, ¡diez!, categorías para ‘Roma’.
WTF?! (Y esto dígalo con verdadera incredulidad). Es que ni siquiera la italiana ‘La Vida Es Bella’ logró tal cantidad de oportunidades, que es mucho mejor en casi todos los aspectos además de ser entrañable (y europea también, que más le debe siempre Estados Unidos al viejo continente en cuanto a productos fílmicos que a México).
 Puede llevarse la estatuilla esta 'panguanazteca' a Mejor Actriz. Si esta es una treta para presumiblemente molestar a Trump como opinó el compañero Tyler en el post subido por Master sobre los candidatos al Oscar de este año, apague y vámonos. Es cierto que el arte puede usarse como un instrumento de resistencia política, siempre y cuando su contenido logre -al menos en potencia- ser un aporte para el verdadero desarrollo intelectual, moral y/o espiritual de quienes lo reciben. ‘Roma’ que no alcanza esta virtud, podrá ser interesante como ejercicio fílmico porque no hay que dejar de reconocerle sus excelentes demostraciones técnicas, pero llegó en una coyuntura que se presta para usarla, y muy descaradamente, como un panfleto provocador.
Lo mismo prácticamente se puede decir de la nominación de ‘Black Panther’ a Mejor Largometraje, o para ser más sarcásticamente precisos: no son candidaturas históricas, sino histéricas.
En la edición de los Premios de la Academia del 2016, precisamente en la que participó la colombiana ‘El Abrazo De La Serpiente’ como nominada a Mejor Película De Habla No Inglesa, cierto sector dejó escapar un numeral que se volvió viral, #SoWhite. A partir de ese instante, es como si la Academia se vio impelida a reconocerse como un chivo expiatorio de todos los vejámenes cometidos contra algunos integrantes de la población afroestadounidense, vejámenes que por cierto pueden ser cometidos hacia cualquier ser humano sin importar sus características físicas.  'Si no me postulas, ya lo sabes: no eres más que un maldito racista'. Ahora por obra y gracia de este sentimiento de culpa que vaya uno a saber cómo putas se deshará de él la Academia Y QUE SE DEJÓ MONTAR, vemos en cada ceremonia del Oscar un discursillo proferido por alguien preferiblemente negro(a), que nos quiere dejar bien en claro a punta de eufemismos punzantes que los Academy Awards, algún día, tendrán que ser un vehículo para imponer el ‘Black Power’.
No me crean tan marica de creerme el cuento de que hay un verdadero sentido de diversidad y tolerancia detrás de esos shows baratos de protesta, nah! Aquí lo que veladamente se quiere marcar como al ganado es una ideología narcisista, alimentada por algunos individuos en realidad prepotentes, prejuiciosos, inmaduros para abreviar, que conlleva precisamente a los elementos típicos de una dictadura.
¿Cómo es que llegó al Oscar tanta mierda a dejar sus aromas fétidos? La respuesta parece complicada de hallar. Mientras tanto, veamos con tristeza el devenir que de ahora en adelante, si es que las olas del radicalismo siguen siendo tan destructivas, parece desembocar en un juego sucio de lobbys en detrimento del verdadero talento…  Por Soyado
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