Mientras la besaba pensaba en los problemas que podía traer el hecho de que alguien entrara y todos los problemas y consecuencias que esto traería para los dos. Sin embargo hice lo que cualquier hombre en estado de excitación haría: comencé lentamente a subir mi mano por sus piernas, acaricié su muslo derecho hasta llegar a su vagina. Podía sentir una pequeña tanga de encaje, uno de sus labios salia de ella, se sentía la lubricación (¿algo más excitante que eso?). Lentamente acaricié con uno de mis dedos su vagina y comencé a introducirlo lentamente en ella. Acercó su boca a mi oído, la beso, y luego comenzó a gemir suavemente. Mordía mi oreja, besaba mi cuello. Una de sus tías comenzó entonces, en ese punto, en el momento más caliente, a llamarla, para prender la torta y cantar el cumpleaños. Rápidamente se alejó de mi, tomo sus manos, subió su vestido y se quitó la tanga. Luego dijo mientras con su mano introducía la tanga en mi bolsillo -Hoy los regalos deberían ser para mi, pero te doy esto-.

Después del canto vino la entrega de regalos (así le gusta a ellos, que todos vean que regalo cada quien). Mi regalo para ella eran dos botellas de Baileys de dulce de leche que anteriormente había dicho que quería probar. Cuando lo abrió note una sonrisa especial en ellas y me abrazó.

Con el transcurso de la noche, comenzaron a irse todos los invitados hasta que quedamos solo los cuatro (las dos parejas). Entonces dijo ella que tomáramos el regalo que le había llevado. El esposo de mi cuñada fue el primero en irse a dormir, decía estar muy cansado. Al inicio de la segunda botella mi novia dijo que se sentía mareada y pidió una cobija para dormir mientras tanto en el sofá. Dijo entonces mi cuñada:

-vamos a terminar esto rápido que todos están cansados
-Bueno-le dije-este trago es muy suave, no hay lío.

Terminamos la botella en menos de 15 minutos, parecía ella que quería alcoholizarse un poco. Sacó una botella de vino que tenía guardada en la cocina, la abrió y observando que mi novia se encontraba dormida comenzó a besarme. Acarició mi pene y mi espalda. Estábamos muy excitados. La puse en cuatro y comencé a darle suavemente para no generar mucho ruido. El hecho de sentir que todo era tan "al escondido" generaba mayor excitación en nosotros. De pronto se arrodilló y comenzó a mamarlo. Una mamada espectacular. Lo hace de maravilla (nota: con eso también caí en cuenta de lo mal que lo hace mi novia). Después de un rato le dije que se sentara, abrí sus piernas y comencé yo a chupar su vagina. Agarraba mi cabeza con mucha fuerza para que le dijera mas duro. Si en ese momento alguien hubiera despertado nos habría cogido muy fácil, al fin y al cabo no es fácil justificar como una mujer se sienta en una silla con la piernas tan abiertas, ni tampoco habríamos escuchado (o al menos yo no) porque estaba extremadamente extasiado con lo que ocurría. Y luego ocurrió lo que ni siquiera imagine que pasaría.

Nos sentamos, ella encima mío comenzó a restregar mi pene con su cola y de pronto con su mano lo introdujo en su ano. Movió sus caderas de forma deliciosa, estaba extremadamente extasiada. Con sus movimientos literalmente me ordeñó.

Ha sido sin dudas esta, una de las mejores culiadas que hemos tenido juntos...ya veremos que ocurre en estas novenas, navidad y fin de año