Antes de las elecciones en México los mercados ya estaban reaccionando de forma negativa ante el claro favoritismo de López Obrador. Después de la elección, el presidente electo se mostró dispuesto a conciliar con los sectores productivos y las diferencias parecían resueltas. Sin embargo, comienza nuevamente a romperse la confianza y todo parece indicar que el López Obrador conciliador y moderado se quedó en las elecciones, y se abre paso el López Obrador reaccionario y populista que temían los inversionistas.

Van a ser seis años muy inestables para México de perdurar este ambiente de zozobra permanente.

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