Recuerdo la famosa frase de John Foster Dulles, secretario de Estado de Dwight Eisenhower en los años 50: “Estados Unidos no tiene amigos, sino intereses”. Por eso apoyó EEUU a Hussein y su sangrienta dictadura, y promovió dictaduras militares en los años 70 en América Latina o adiestró y armó a los talibanes cuando la URSS ocupaba Afganistán. El denominador común es que se favorecían sus intereses económicos o políticos.

Sin embargo, lo de Cuba es una estupidez porque las medidas de Obama le abrían la puerta a los inversionistas estadounidenses para sacar ingentes ganancias en un mercado virgen. ¿Por qué lo hizo, entonces? Por simples razones ideológicas y pagar el apoyo de sectores radicales encabezados por el senador Rubio. Pero son medidas que no tienen futuro. Las multinacionales presionarán a las administraciones posteriores y el capital estadounidense volverá a fluir a Cuba porque "negocios son negocios" y al diablo las pendejadas ideológicas.