Hola a todos, comparto un relato de un amigo médico.

Era un día común y corriente en el centro de salubridad, atendiendo pacientes cada 20 minutos, hasta que salí a llamar a Genny***, cuando la vi levantarse en la sala de espera, mis ojos quedaron conectados con su esbelta figura, sus piernas, su cadera, sus senos, sus ojos... llevaba puesto un jean ajustado que permitía disfrutar perfectamente de la vista de su silueta. Comencé el interrogatorio de rigor, motivo de la consulta, antecedentes, etc. Llegó el momento del examen físico y sin querer mi pierna rozó la suya y ella me miró y me dio una sonrisa de picardia y sensualidad, yo me hice el que no era conmigo y continue en lo mio. Acabé el examen y me dispuse a digitar los hallazgos en la historia, le extendí la formula de medicamentos y al acabar la consulta, ella se despidio de mi con un beso en la mejilla, yo le correspondí pero de pronto giro su cabeza y nuestros labios se encontraron, fue un beso muy apasionado, nuestras lenguas se encontraban y luchaban una con otra, comenzamos a acariciarnos, tocaba sus senos sobre la bluza, ella movió su mano hacia la cremallera de mi pantalón, la bajó y metió su mano entre mis pantaloncillos, comenzó a acariciarme haciéndome poner muy duro, excitado, bajó mis pantalones y pantaloncillos, se sentó en una de las sillas y comenzó a lamerme todo mi pene, lo besaba, acariciaba con sus manos, con su lengua, lo metía y lo sacaba de su boca, me decía "que rica verga tienes, me gusta mucho la cabecita, el honguito", como comenzo a decirle desde ese día. Yo estaba super excitado por lo que estaba haciendo, a punto de venirme, solo atine a decirle "quieres que acabe en tu boca", a lo que ella respondió "si, quiero tu semen en mi boca", comenzó a masturbarme con su mano, me besaba, me lamia, no pude mas y acabé con ganas en su boca, ella se lo comió todo, me lamió y limpio perfectamente, me dijo "gracias mi doctor favorito". Nos vestimos y ella salio del consultorio como si nada. Yo tenía su teléfono, la llamé y continuamos nuestros encuentros, a veces en el consultorio, otras en su casa... Pero esa será otra historia.