Desde hace 1 año, Alejandro trabaja en Punto Rojo, la videotienda especializada en porno de Medellín, con un catálogo de más de 1.800 películas originales... el paraíso para alguien como él. “Cuando empecé a trabajar los domingos, veía porno de 11:00 a.m. a 5:00 p.m., me daba para tres películas; el problema es que salía a la calle y veía la gente sin ropa, me los imaginaba teniendo sexo a todos... fue un efecto secundario inevitable".

Alejandro Jaramillo vio a los 12 años su primera película porno: “Banana y Chocolate”, protagonizada por la Cicciolina. “Recuerdo mucho mi primera película, no era una producción tradicional: había un burrito relajado en el campo y la Cicciolina le hizo de todo y al final se le orinó a un tipo en la boca”. La película que comenta Alejandro es “Banane al Cioccolato”, una producción de 1986, donde la Cicciolina se dedicaba a lo suyo, con hombres y otros animalitos, años antes de hacer el ridículo en el parlamento italiano, o de ofrecerse para tener sexo con Saddam Hussein con el fin de detener la guerra (me pregunto si esa oferta sigue en pie).

¿Qué puede esperarse de alguien que ve su primera película de porno a los 12 años... con zoofilia y golden shower incluidas? Alejandro es hoy en día, una de las personas con un conocimiento más amplio del universo del cine porno en Colombia... un “pornófilo experimentado”, como asegura entre risas. Se conoce de memoria todas las salas de cine porno de Medellín, las visitaba cuando estaban en su punto más alto de popularidad: el Sinfonía, Metrocine, el Teatro México y Radiocity eran su segundo hogar... “desde los 16 entraba a ver cine porno, sin falta iba a verme dos películas por semana, sólo una vez me pidieron la cédula al lado del Cid en Radiocity. Lo malo es que las películas siempre eran muy ochentudas, setentudas o porno italiano con historias muy rosa, esto era antes de la época del dvd y era difícil conseguirlas en formato vhs”.