Los guionistas de Game Of Thrones se divierten de lo lindo revolcando el mundo de Martin. Y a la larga es lo que deben hacer. Un libro no es una serie de TV y en la pantalla chica lo que importa es la escena memorable que agarre al espectador y, en este caso, torcerle el pescuezo a los protagonistas más queridos para que los hijueputazos den paso a la curiosidad ¿y ahora qué?

Si de verdad Jon muere (en el libro no queda claro) cualquier cosa puede pasar. Lástima de Sansa, que en el libro 6 se convierte en la ficha clave de la guerra al quedar como dueña y señora de "Nido de las 'Águilas", el bastión inexpugnable desde donde se planeará el contraataque contra los Otros. Pero como en la serie aparece en Invernalia, el exbastardo debe morir y ella deberá enfrentar a los Otros con los restos del ejército de Stanis y los señores de los clanes. Si los guionistas la llevaron hasta allá no queda de otra, salvo que la maten o se convierta en una zombie y se vaya a los Gemelos a vengar a su hermano, clavando en una pica a todos los Frey.

El destino de Cercei es fácil: bella, ambiciosa y bruta. El despelote que va a armar en Desembarco del Rey va a ser memorable. De tumbo en tumbo hasta la derrota final e imagínense un capítulo donde se encuentre con Tyrion al mando del ejército de Daenerys. La bella y orgullosa Cercei, cargada de grilletes, frente a su pequeño hermano. ¿Y el manco Jaime? Toca matarlo. Un guerrero que no puede pelear, que no tiene ambiciones, que no sabe gobernar, y encima que ya no quiere el coño de Cercei, ¿para qué sirve? Y ni modo que lo pongamos como Azor Ahai renacido. Así que hay que quebrarle el pescuezo.

Daenerys es un problema. Es obvio que con la humareda de sus dragones va a cocinar a los Otros. ¿Pero y después? Los dragones son un encarte. Hay que agradecerles sus servicios a la causa, ponerles la medalla de honor y cantarles canciones, pero jubilarlos no es posible. Así que ese trío debe desaparecer junto con su dueña. Qué pesar de la monita. tan buena muchacha que se ve, pero sus hijitos son peligrosos. Cuando los Otros se conviertan en estofado, hay dos caminos, o se van exiliados a Valyria o deberán ser sacrificados. En el viejo Hollywood se vería una escena de la monita y los tres marchándose en el horizonte. Pero con estos sádicos de HBO, mínimo los cocinan y los sirven en bistec a los hambrientos sobrevivientes de los siete Reinos.

¿Arya? Regresa y se convierte en septona, mejor dicho, en la guía espiritual de los Siete Reinos. ¿O si no por qué se le ha gastado tanto tiempo en que se meta en ese templo de locos y aprenda como descrestar a los mortales? Su hermano Bran, heredero de los viejos dioses, velará como verdevidente porque todo vaya bien en la nueva era. ¿Y quién quedará al mando? Sansa vuelta un ocho, queda Rickon del que nada se ha vuelto a saber. ¿Se volverá malo?

¿Saben quién es el único que puede poner orden en este despelote? Tyrion. Con Jon fuera de circulación, el gnomo debe quedar gobernando los siete reinos. Acuérdense: río revuelto, ganancia de pescadores. Lo único malo es el Trono de hierro. Muy grande para sus atrofiadas piernas, pero él se dará las mañas para acomodarse y ver a todos los hombres con la rodilla en tierra. (Y Martin muerto de la risa).