Empresaria, jefa... y estrella del porno en internet

TESTIMONIO DE VICTORIA BLONDE

Con el boom de internet, las oportunidades de ganar dinero con el sexo se han multiplicado. En este amplio y diverso negocio, también está el de las webcamers. Hablamos con una de ellas, Victoria Blonde, sobre cómo vivir a costa de este trabajo y la importancia de empatizar con el cliente por encima de tener un físico espectacular




«El público busca el erotismo y la sensualidad, y no todas las mujeres son capaces de tener la chispa adecuada», explica la famosa webcamer Victoria Blonde.

Son las 12:30 de la mañana, ¿será una hora apropiada para hablar con una webcamer? ¿Estará emitiendo en estos momentos? Es ella, sin embargo, la que me avisa de que ya está preparada. Tras el teléfono me encuentro con una mujer segura, divertida y con cierta luz que habla sin tapujos de un negocio en auge.

«No es oro todo lo que reluce», afirma Victoria cuando le pregunto si se puede vivir siendo webcamer. Por supuesto que sí, ella lo hace. Y no por ser la mejor, ni la más guapa, sino por tener unos principios basados en la constancia y el trabajo.

Victoria Blonde comenzó como actriz en el mundo del cine para adultos siendo la voz en off de algunas celebrities de películas X. Centrada en el porno lésbico, quiso probar suerte en el mundo de las webcamers y en solo un mes ya se había convertido en una de las mujeres más deseadas de la cam.

A día de hoy es dueña y directora de su propia empresa, 'Estudios Cima', lanzadera de promesas de este negocio y esc******e de 'pornstars' consagradas como Ana Marco, Anita Dinamita o Marta LaCroft (la más internacional). Blonde admite no ser mileurista, pero asegura que para ello es necesario ser constante en el trabajo.



Fidelizar clientes

«Una mujer que se dedica a la webcam debe ponerse unos horarios y emitir, siempre que se pueda, a las mismas horas del día», asegura Victoria, algo muy importante para conseguir «fidelizar clientes». Lo normal es que la persona que se encuentra al otro lado de la pantalla busque con frecuencia a la misma webcamer, creando un vínculo entre el cliente y la 'artista' del sexo.

Victoria lo deja muy claro: «La cantidad de dinero que se gana en una cam de sexo es relativa y proporcional a la empatía que tienes con el cliente. No depende del físico, sino de la luz que proyectes».

Conciliación familiar

La falta de trabajo o la situación económica ha provocado que muchas mujeres recurran a este tipo de trabajos. Blonde nos asegura que algunas de sus trabajadoras son madres que aprovechan las horas del colegio de sus hijos para emitir desde casa. A ellas les recomienda total privacidad de su vida familiar, no aportar datos personales al cliente y preservar la imagen de sus hijos. Para todo ello es importante que tengan una estancia en casa desde donde emitir y donde los pequeños no puedan entrar. La discreción, según Victoria, siempre es una virtud.

Se ríe cuando le pregunto si tiene pareja: «¡No tengo novio!». Victoria es una mujer soltera, comprometida con cada uno de sus clientes y con su propio trabajo. Afirma que no es fácil mantener una relación si no es con alguien que se dedique a lo mismo. Tener la mente abierta y saber diferenciar el trabajo de la vida diaria son las premisas esenciales para no caer en los celos. Según Victoria, en su caso no ha tenido problemas con sus parejas por una simple razón: ella hace porno lésbico.

¿Cómo ser una 'webcamer'?

El porno con mujeres es su especialidad a pesar de que, según cuenta, «todavía hay un gusto especial por elpolv hetero». Actualmente, hace un poco de todo, produce y dirige su propios proyectos, pero también actúa en otros con diferentes productoras. Hasta llegar a poder controlar todo esto ha tenido que forjarse una reputación en el sector.

Su trampolín fue la productora de cine porno donde trabajaba. Allí conoció a un gran número de compañeros en los que se apoyó y de quienes aprendió los diferentes pasos que hay que seguir para montar su propia empresa de webcam.



Los principales requisitos para ser una chica de 'Estudios Cima'son: corroborar la mayoría de edad, firmar un contrato mercantil y cumplir una serie de normas que no permiten la zoofilia, la pedofilia o cualquier otra actividad ilegal. Además, tampoco pueden aportar ningún dato de su vida privada.

Competencia e intrusismo

Lo realmente impactante de este mundo es que la crisis ha cambiado el perfil de las mujeres que se dedican a ello. De jóvenes universitarias se ha pasado a mujeres de unos 40 años: muchas de ellas, amas de casa que necesitan dinero para poder pagar las facturas.

«Algunas de las chicas que llegan buscando trabajo piensan que trabajar en un chat es la gallina de los huevos de oro», cuenta Victoria. «El público busca el erotismo y la sensualidad, y no todas las mujeres son capaces de tener la chispa adecuada que hace repetir al usuario de cam», apunta la empresaria.

No solo la competencia ha aumentado, también el intrusismo profesional. Blonde nos corrobora que existen empresas de videochats gratis (chats libres) donde las chicas hacen el show a cambio de una serie de monedas virtuales previamente canjeadas por dinero. Lo normal es que estas chicas trabajen sin ningún tipo de contrato y, por tanto, sin tributar.

Fidelidad y pudor

Victoria Blonde es una mujer con los pies en la tierra, liberal pero asentada. Vive con una agenda bajo el brazo y se preocupa por las trabajadoras que tiene a su cargo. A pesar de ello, admite que la sociedad de hoy en día sigue juzgando sin conocer a las personas que se dedican al mundo del sexo. Nos confirma que incluso en alguna entidad bancaria le negaron la posibilidad de abrir una cuenta cuando se enteraron del objetivo de su empresa.



A ella nunca la han comparado con una prostituta pero si lo hicieran tampoco importaría, pues las considera heroínas de la sociedad. La dignidad y el pudor para ella dependen de los valores de cada uno. «La guarrada más grande puede resultar divertida si está dentro de tus valores. El pudor comienza cuando se pasa la línea que destruye tu dignidad como persona».

Victoria Blonde ha vencido las críticas e incluso la crisis, y se ha hecho fuerte en un mundo que aún se considera tabú y al que, sin embargo, acuden cada día miles de persona. En una sociedad de doble moral, ¿quién es el valiente que tira la primera piedra?


FUENTE: gonzoo.com