Aprovechando la tecnologia en las cirugias plasticas vaginales del postoperatorio se ha vuelto todo un negocio el retoque digital y es que el porno nos muestra vaginas retocadas y arregladas con otros elementos que las hacen lucir muy distintas a como lucirían en la vida real, provocando la desilusión de las adolescentes que creen que su órgano femenino no es normal.