A veces nos concentramos tanto en nuestros propios asuntos que ignoramos los problemas de los demás e, incluso, llegamos a pelear porque creemos que nuestros problemas son más importantes.
En este video nos muestra que la manera más fácil y rápida de solucionar un problema propio es ayudar a los demás, justo como una familia. De este modo se puede acabar con el hambre, la pobreza y la desigualdad en el mundo. Esta es una adaptación animada de la antigua alegoría de las cucharas largas, una pequeña historia que nos enseña sobre el poder de la compasión y el trabajo en equipo.