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Antiguo 27-07-2014 , 23:25:40   #4
Saimon_Vzla
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Predeterminado Respuesta: Mamá necesita cojer (Final)

Luego de unos 15 minutos, el cliente se lleva un par de camperas, me dio mucho morbo saber que mamá atendía a aquél señor sin tanga debajo de la corta falda, con la almeja empapada y el culo chorreando de saliva. Algún descuido y el viejo hasta podía haberse ido del negocio de ropa habiéndole visto el chumino a una tremenda hembra.

Apenas el tipo cerró la puerta, me bajé el pantalón para esperar a mamá en el mostrador.

-Estamos locos, ¿sabés?

Yo sólo sonreí, otra vez ella se subió la falda.
Se agachó frente a mí y me agarró la pija, la acarició ante mis soplidos de placer.

-Enséñame a masturbarte tesoro.
-A ver, así.

Le puse la mano alrededor de mi verga.

-Ahora para arriba y abajo.
-Así?
-Sí, así mamá… ponete saliva, es mejor.

Se escupió la mano y empezó a pajearme… era delicioso. Era la primera vez que una mano ajena tocaba mi miembro. Le tuve que decir que pare porque iba a acabar.

Estaba claro que todo se había salido de control, yo estaba como un burro en celo y a mamá le chorreaba el chocho…

Me levanté de la silla y mamá se puso en el mostrador apoyando los brazos allí, parada, con vista a la calle. Yo me agaché y busqué su conchita. Ella se inclinó abriendo un poco las piernas.

Me arrodillé entre sus piernas y comencé a lamerle la concha, con pliegues rosados y cerraditos, era una delicia. Estaba suave, y muy húmeda.

Mi madre gemía cada vez más, trataba de hacerlo en voz baja.

Sabía que era una inmejorable oportunidad, tenerla así con las piernitas abiertas y mojada, y yo caliente al máximo, me atreví. Me levanté, y con la pija en mi mano, la guié hasta su conchita. Apenas mi glande hizo contacto con su vagina, mamá suspiró.

-Qué vas a hacer? Me la vas a meter?
-Puedo? (mientras tanto yo le refregaba la pija por toda la concha)
-Despacito tesoro.. hace años que cojo, debo tener la concha como la de una pendeja virgen.
-Sí mamá.

Busqué el orificio vaginal y cuando lo encontré, empecé a meterle la cabeza despacito, podía sentir lo calentito y húmedo que estaba, empujaba de a poquito, pero estaba muy apretada, me costaba meterla.

Luego de unos segundos pude meterle el glande entero y empujé más, hasta metérsela hasta la mitad, porque más no cabía ahí adentro.

-Mami está muy apretada, no te duele?
-No, tranquilo hijo, empezá a moverte.

Le hice caso y fui moviéndome sacandosela y volviéndosela a meter.
Luego de algunas embestidas podía notar cómo ahora sí iba entrando cada vez más y mejor. Ella miraba hacía la puerta por si venía alguien, mientras gemía por lo bajo.

Realmente su conchita estaba muy apretada y eso me daba demasiado placer, sumado a todo lo anterior, estaba llegando al climax.

Luego de un par de bombeadas más, escuchar a mamá gemir fue el límite: retiré mi pija de su concha y acabé sobre su ojete, llenándoselo de leche caliente.

Instantáneamente mamá se bajó la falda y me dijo que descansara.

-Podías haber terminado en mi interior. Sabés que no puedo tener hijos.
-Cierto mamá, me había olvidado. Te gustó?
-Si me gustó? Hace años que no era tan feliz.

Permanecí sentado mientras ella buscaba la tanga que estaba en piso, colocándosela. Luego con un par de cleenex se limpió el culo de toda la leche que le había desparramado. El resto de la tarde fue normal.

Terminó la jornada y nos fuimos al auto. Empezamos el trayecto de regreso a casa. Estábamos en silencio, yo de pronto fui moviendo mi mano izquierda hasta tocar su muslo descubierto. Lo acaricié.

-Mmmm

Mientras mamá manejaba, fui metiendo la mano cada vez más a su entrepierna, hasta sobarle por encima de la tanga.

-Ummm, te portas mal con mamá.

Seguí acariciando, hasta hacerle la tanga a un lado y rozar directamente mis dedos con su clítoris.

-Ayy tesoro…vamos a chocar.

Sus palabras estaban cargadas de placer pero era sensato. Retiré mi mano de allí hasta llegar a casa.

Al llegar, nos recibió la tía con la cena preparada.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Al día siguiente, llegué al local y atendí a una señora que no se decidía por nada, y no terminó comprando nada.

Claro que saludé a mamá, y le toqué el culo descaradamente, tenía una calza negra ajustada. Ella se reía.

Fue un día difícil, ya que los clientes no paraban de ingresar y tuve que esperar mucho. En determinado momento, se dio mi oportunidad. No había nadie y me acerqué a ella hasta acariciarle sus pechos.

-Querés jugar, mamá?
-Sí quiero tesoro.

Comencé a manosearle las tetas por encima de la ropa, luego la barriga, hasta pasarle la mano por encima de la concha, mientras yo me sacaba el pantalón. Pronto mi madre ya tenía la calza y la bombacha por los tobillos, y yo detrás de ella mientras observaba que no entrara nadie.

-Mami querés pija?
-Sí, si quiero, metela en la cachucha de mamita.

Se la metí y empezamos a coger, esta vez fue mas fácil metérsela y mientras me la cojía ella gemía mucho.

Se la saqué de la concha y la pasé por la raja del culo, dando golpecitos en sus nalgas.

-Mami por la cola?
-No, me va a doler.
-Un poquito mami, despacito…

No dijo nada y yo trataba de meterla en el ojete, sin dudas estaba apretado pero bajé a lamerle el culo y traté después, entró y seguí cojiendola pero ahora por el culo.

-Ahhh… ahhhhhh.. ahhhhhh

Pronto iba a acabar, asique la saqué y descansé un minutos acariciándole las tetas, y luego se la enterré de nuevo en la conchita.

No pude más y descargué todo el semen dentro de ella.

Éstas situaciones se repetían seguido en el negocio, cuando no había clientes aprovechábamos para coger.

:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: ::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Una vez, mi madre estaba al costado del mostrador atendiendo a una señora, que estaba viendo diferentes tipos de camperas, mientras que yo estaba en el mostrador haciendo algunas cuentas. De manera que la señora no podía ver que pasaba donde estaba yo.

Estaba en lo mío cuando giro la cabeza para donde estaban ellas (a escasos pasos de mí) y la señora le preguntó a mi madre que le mostrara unas camperas que estaban abajo.
Por lo tanto, mamá que llevaba una falda corta, debía agacharse para juntarlas, y al hacerlo, increíblemente no tenía bombacha y se le veía todo.

Me acerqué, ya con mi madre parada con las camperas en manos de la señora, metí mi mano bajo su falda y ella dió un respingo pero sin decir nada.
Fui subiendo por sus muslos hasta su entrepierna, cuando empecé a acariciarle la concha.

La señora seguía viendo camperas mientras mi madre estaba en frente de ella tratando de no gemir mientras yo por detrás le metía mano bajo la falda. Mis dedos comenzaban a estar húmedos y seguía hurgando allí, mientras mamá se inclinaba ligeramente para dejarme tocar a placer.

De pronto la señora dijo que quería probarse no sé que cosa, entonces saqué la mano de allí y mi madre le indicó el camino a los vestidores.

Cuando la señora entró a uno de ellos, sin decir nada me arrodillé en el suelo y le lamí la concha.

- Mmmmmm, así, hijo, así, cometela todaaa mmmmmmm

Eso me puso muy caliente y le chupaba el clítoris, mientras ella empujaba mi cabeza contra su argolla.

Luego salí de allí y me senté en una silla, la atraje a ella y le hice seña de que se sentara encima de mi verga.

Ella se acomodó el pelo y de espaldas a mí, agarró mi pija y la dirigió hasta su conchita, sentándose encima mío.

Mirábamos de reojo y la señora no salía del vestidor, asique ella empezó a moverse.

- Tocame, tesoro, tocame que acabo.

Puse mi mano en su clítoris y la masturbé unos segundos rápido mientras se vení, mi pija sentía las contracciones de su conchita.

Nos quedamos quietos unos segundos y vimos que salía la señora, asique nos despegamos rápido y ella se bajó la falda mientras yo me subí como pude el pantalón.

Luego la señora iba a probarse otra cosa, apenas entró, me abalancé sobre mamá y le levanté la falda, estábamos de pie asique fue difícil pero, ella se inclinó un poco y se la volví a meter, esta vez la cogí muy duro y fuerte.

- Voy a acabar mami, voy a acabar.
- Bien tesoro, acabá dentro de mamá.

Con ambas manos sobre sus caderas, empecé a derramar leche y más leche caliente dentro de su concha, fue delicioso. Unos segundos quietos y la saqué de ahí, la leche chorreó hacia abajo cayendo en el piso y otro poco por los muslos de mamá.

Nos vestimos rápido, mi madre trataba de limpiarse con las manos la leche que le chorreaba de los muslos, pero era imposible, salió la señora y tuvo que atenderla así.

Luego de que la tía regresara a su nueva casa, tuvimos más libertad para cojer en casa a cualquier hora y momento.
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Hay otros relatos de mismo autor, si les gusto, despues que lea otros de el los puedo publicar aqui..

Saludos

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