Hace treinta años una familia inmigrante de Polonia esperaba un bebé. Recién llegados a Estados Unidos, no tenían mucho dinero pero sí mucho cariño, y en lugar de salir de compras a por una cuna para recibir al nuevo integrante, este amoroso padre la fabricó con sus propias manos. Después de que su bebé naciera (y resultó ser un varón), han transcurrido ya tres décadas. La cuna pasó por varias manos y al final no ha quedado mucho de la original, ¡Tienes que ver lo que este hijo ha hecho con el legado de su padre! Recién llegando de Polonia, este hombre fabricó con sus propias manos y mucho cariño una modesta cuna para el bebé que estaba esperando junto a su esposa ♥
Después la usaron otros miembros de la familia… y al final lo único que se podía aprovechar de la cuna original fue esta pieza 
Pero eso no detuvo la idea del bebé que una vez durmió en esta cuna y que hoy, ya más crecidito, estaba decidido a revivir las memorias que esa cuna traía a su corazón.
Usó la única pieza que quedaba como base para toda una pieza nueva…
Por suerte, su padre le ayudó con toda su experiencia… ¡Quién mejor para este trabajo!
Después comenzaron a unirlo todo… Comienza a tener forma, ¿Cierto?
Este es un dúo ganador, no hay ninguna duda.
Está quedando idéntico al original 
Como dos gotas de agua (después de 30 años) 
Añadieron los refuerzos para que dure, como mínimo, otros treinta años más.
Esto va a quedar muy bien…
El hijo pulió cada detalle como su padre lo hizo tiempo atrás.
El legado en una familia es algo por lo que vale la pena luchar…
Este hombre usa herramientas modernas… ¡Y pensar que su padre sólo usó unas cuantas herramientas como sierras y un martillo…!
También creó un diseño en cartón para que sirviera de patrón y darle un toque único.
Su padre le ayudaba de vez en cuando 
Poco a poco cada detalle va acoplándose a los demás y nos deja ver el amor con el que realizaron juntos este proyecto padre e hijo.
Está quedando hermoso, ¿No crees?
¡Pero qué bonito! Mejor que cualquier cuna comprada, esta tiene mucho amor en cada pedazo de madera.
Luce muy segura y el color es perfecto Me encanta. Con unos cuantos cambios del diseño original, este hijo posa orgulloso ante su creación.
Las cunas no son lo único similar… ¡Padre e hijo son idénticos! Hay gente que se molesta cuando les dicen que se parecen a sus padres, pero estos dos son los mejores amigos.
Hay historias que se cuentan con objetos, por el valor emocional que estos adquieren al pasar el tiempo. Estos hombres lo saben y comparten parte de su historia con nosotros, ¡Nos encanta lo que han logrado juntos!