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Anonymus666x · 23-11-2013 , 19:16:13

Hoy recuperamos una de esas entradas tan interesantes con historias que nos hacen preguntarnos hasta dónde puede llegar la humanidad en su inmensa oligofrenia. Vamos a hablar de Jonestown.

Jonestown fue el nombre informal del Proyecto agrícola del Templo del Pueblo, una comunidad intencional al noroeste de Guyana, conformada por el Templo del Pueblo, una secta estadounidense liderada por Jim Jones (1931-1978 ). El 18 de noviembre de 1978, personal de la comunidad asesinó a 5 personas (entre ellos, un congresista de Estados Unidos) mientras que 909 de los miembros se suicidaron.

El Templo del Pueblo fue creado en Indianápolis, en el estado de Indiana (Estados Unidos) durante los años cincuenta. El reverendo Jim Jones y sus 140 seguidores se mudaron a Redwood Valley, en el Condado de Mendocino, California, creyendo que así estarían a salvo de ataques nucleares de los que Estados Unidos podía ser blanco. A final de los años sesenta, los miembros de la congregación de Jones habían disminuido a menos de cien y esta estaba a punto de desaparecer, pero Jones logró asegurar una afiliación con los “Discípulos de Cristo” y eso logró que el Templo sobreviviera. La afiliación de Jones con la iglesia elevó la reputación del Templo y extendió su influencia en el área de la Costa Oeste de los Estados Unidos.

La congregación volvió a su iglesia principal en San Francisco en 1971 y abrió otra en Los Ángeles. Después de múltiples escándalos e investigaciones en San Francisco, Jones decidió crear una comunidad utópica en Guyana donde estaría a salvo de la intervención de las autoridades estadounidenses, o de los miembros que tenían parientes preocupados.

En 1974, Jones arrendó más de 12 km² de tierra del gobierno de Guyana, y los miembros del Templo del Pueblo comenzaron la construcción de Jonestown bajo la supervisión de los jefes de la comunidad. Jones volvió a California a animar a todos sus seguidores a mudarse a Jonestown. La popularidad de Jones creció enormemente en ese periodo y pasó de tener 50 miembros en 1977 a tener más de 900 miembros en su momento de apogeo en 1978.

La vida en Jonestown

Muchos de los miembros del Templo del Pueblo creían que Guyana sería, como Jones prometió, un paraíso. En cambio, todos los miembros (incluyendo a los niños) terminaron criando animales y comida para el “Proyecto agrícola del Templo del Pueblo” seis días a la semana, desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde, cuando era común que la temperatura estuviese a 38 °C.
Según los testimonios de exintegrantes de la secta, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres, de inferior calidad a los alimentos que recibía Jones (carne y otros alimentos refrigerados), separado de los otros. En febrero de 1978, la mitad de la comunidad padecía problemas médicos tales como diarrea grave y fiebres altas.
Los miembros a los que se consideraba tenían graves problemas disciplinarios se los encerraba en una caja de madera de medidas 2.5 x 1 m. Los que intentaban escapar eran drogados al punto de la incapacitación. Guardias armados patrullaban el pueblo día y noche para asegurarse de que las órdenes de Jones fuesen seguidas.
Los niños, entregados al cuidado comunal, se referían a Jones como “Papá” y solo se les permitía ver a sus padres brevemente durante la noche. Jones también era llamado “Padre” por los adultos.

La gente de los alrededores, incluyendo un oficial de policía, relataron historias de horror sobre duras palizas y un “hoyo de tortura”, un pozo en donde Jones hacía que tiraran a los niños que no se comportaban, en la mitad de la noche. Jones asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo habitando el fondo del pozo, cuando lo que había en el fondo era un hombre contratado por Jones quien tiraba y doblaba las piernas de los niños mientras ellos descendían al pozo.
Se dice que los niños mayores eran amarrados desnudos, y que eran electrocutados en los genitales. Los oficiales de Guyana habían intentado investigar esta declaraciones pero se les prohibió entrar en la comunidad.

Noches blancas

Con sus facultades mentales deterioradas, Jones empezó entonces a arengar sobre “traidores”, enemigos lejanos que querían destruir su sueño y amenazas de invasión desde “el exterior”. Al borde de la paranoia, una o dos veces por mes impulsaba a sus adeptos a realizar, como “pruebas de lealtad”, simulacros de suicidios masivos, que incluían la ingesta de falsas pociones de veneno. Jones llamaba “noches blancas” a esos ensayos.

En una declaración jurada, Deborah Layton escribió que durante una de esas noches, se le dijo a la gente que morirían, forzándolos a tomar jarabe sin endulzar que pensaban tenía veneno. Los pocos que vacilaron en tomarse el líquido fueron obligados a tomárselo.
Investigación Ryan[editar · editar código]

El congresista Leo Ryan.

El 14 de noviembre de 1978, el congresista estadounidense Leo Ryan, viajó a la ciudad de Georgetown, localizada a 240 km de Jonestown, acompañado de una delegación del Congreso, periodistas y algunos disidentes de la secta, para comprobar si eran ciertas las acusaciones de fraude, lavado de cerebro, encarcelación y tráfico de drogas y armas.

El 17 de noviembre, Ryan y su asistente lograron entrevistarse con varios integrantes del grupo comunitario. La visita se desarrolló en un clima cordial.

A la mañana siguiente antes de que Ryan regresara, el ambiente cambió. Algunos residentes le pidieron si podían abandonar la colonia con él. Esto desencadenó la furia de algunos de los miembros más fanáticos e incondicionales. Jones lo consideró una traición imperdonable. Después de eso, el congresista fue atacado fallidamente con un cuchillo.

Alrededor de las 15:00 h, Ryan y 14 desertores de la comunidad, entre ellos Larry Layton, fueron llevados a la pista de aterrizaje de Puerto Caituma (a 11 km al noreste). Una vez dentro del avión, Larry Layton disparó contra los ocupantes, hiriendo a varios. Posteriormente, miembros de la comunidad que habían escoltado el carro de Ryan, dispararon contra el avión, asesinando al congresista, a tres periodistas, a uno de los desertores e hiriendo a otros nueve. Luego de acribillar el cuerpo del congresista, le dispararon en la cara. Los supervivientes del ataque huyeron a campos próximos durante y después del ataque.

Suicidio

Un par de horas después, Jones ordenó que todos los miembros de la secta se suicidaran. Según el documental Índice de Maldad realizado por Discovery Channel, Tim Carter asegura que no fue un suicidio, sino un homicidio masivo, ya que fue Jim Jones quien obligó a su pueblo a beber e inyectarse cianuro, empezando por los niños (quienes no cometerían suicidio, sino que se les dio el cianuro mezclado con alguna bebida, mientras que algunos bebés fueron arrancados de los brazos de su madre para ser inyectados) y a ancianos. James decía que “la muerte solo es el tránsito a otro nivel” y “esto no es un suicidio, sino un acto revolucionario”.

Jones fue encontrado muerto entre otros dos cuerpos. La muerte fue causada por una herida de bala en la cabeza que no sé sabe si fue infligida por el mismo o si obligo a otra persona a asesinarlo.

Esta es la historia de un reverendo, que creó un movimiento eclesiástico igualitario, utópico, en donde personas de todo tipo de razas, bien fueran negros, blancos, mestizos o de cualquier otro color podian convivir, todos en igualdad de condiciones. Esto es algo que suena muy bonito, pero les recomiendo que sigan leyendo.

Era 1960, corrían tiempos de la posguerra y se estrenaban los tiempos de la guerra fría, la constante “pelea de perros y gatos” entre Estados Unidos y la Unión soviética era algo que hacía que muchos acondicionaran en casa un cuartito anti-radiación con provisiones y contra atentados en el sótano. Norteamericanos como Jim Jones (un sujeto con un curioso parecido a Elvis Presley) vivían con ese temor (o mas bien locura exagerada), ese miedo le sirvió para arrastrar consigo a 918 personas entre mujeres, hombres y ¡principalmente niños!, y así desencadenar un triste desenlace que hasta hoy día, sigue siendo un suceso único e incomparable en términos de estadísticas.

Figura 1. El reverendo Jim Jones

El respetado reverendo Jones, a pesar de su constante temor por la guerra fría, compartía los ideales de la unión soviética y era algo comunista, esto, sumado a sus estudios de teología, facilidad de expresión y convencimiento de las masas, lo hacían el perfecto modelo a adorar por parte de los que nunca eran escuchados y eran minoría en la comunidad.

Poco a poco y con algunos adeptos fundó en 1955 lo que se llamó “people´s temple” o el templo del pueblo, un movimiento religioso donde difundió su idea de una sociedad plenamente utópica. Con el paso de los años Jones fue ganando popularidad, y su iglesia fue creciendo.

Como Jones poseía un cierto desorden mental, todo el tiempo se sentía asediado y perseguido, mas aun cuando logró hacer que sus fieles rompieran toda conexión con su familia, para proponerles una idea de fundar una sociedad idílica. Su idea era la de crear un proyecto autosostenible, una especie de granja rural en donde los miembros cosecharan, cultivaran y vivieran. Parte de su sueño se vió cristalizado en 1965 en la región californiana de Ukiah, pero la iglesia siguió en expansión y Ukiah le quedó pequeño al respetado reverendo, quien siguió reclutando, a principios de los años 70, a mas personas, muchas de ellas de color. No obstante, a los familiares de los fieles no les agradaba la idea que un señor que se expresaba bien, se los llevara de su lado para retenerles en una granja.

En 1977, Jones, al sentirse “perseguido” por el gobierno (que si bien sospechaba de él, no habían iniciado aun acciones legales), y ante una pequeña sublevación de algunos de sus fieles, que no estaban tan cegados (obviamente, les castigó después) no escatimó en gastos y pensó en planear mudar su centro de operaciones a una zona que le quedara lejos de administrar al “Tio Sam”, un lugar donde podría dejar salir sus mas bajos instintos sin restricciones, un lugar llamado Guyana, en la localidad de Port Kaituma, sitio caracterizado por un clima tropical pesado, húmedo, caluroso, con temperaturas de 35°C.

Figura 2. Jonestown en 1978. Algunas plantaciones.

Ya instalados en Guyana, el terreno elegido para cimentar la nueva sociedad llevaría el nombre de su gestor, siendo bautizada Jonestown. Pronto, los fieles construyeron casitas muy al estilo norteamericano, e iniciaron con pequeñas huertas, incluso había una pequeña estación de radio perifoneo local. Hasta el momento todo iba bien, sin embargo, la desigualdad imperaría pronto.

En cuanto a alimentación se refiere, solo Jones y sus mas cercanos esbirros, eran los únicos dignos de comer alimentos balanceados, mientras que sus cerca de 900 fieles, escasamente podían probar arroz con verduras, a mañana, tarde y noche, todos los dias, 7 dias a la semana, 30 dias al mes. Esto hacía estragos en los sistemas digestivos de los fieles, causando vómitos, diarreas y otros problemas gástricos.

El delirio de grandeza de Jones llevó a que separara a los niños de sus padres y a hacerlos sus hijos (presumiblemente yo creo que Jones o sus colaboradores abusaban sexualmente de los niños, y estos, ante el carácter convincente de su papá Jones, lo veían como algo natural, aunque esto no está plenamente confirmado dentro de lo que leí).

Figura 3. Jones dice: dejad que los niños vengan a mi.

Adicional a ello, a aquellos niños que se portaban mal, les daba un castigo, el cual era tirarlos vendados y desnudos a una fosa o hueco, en donde sujetos disfrazados fingían ser monstruos que le jalaban los pies a los niños.

Jones llegó mas allá, incluso tocó fondo: hacía falsos simulacros suicidas, a los que bautizó como “noches blancas”, en donde se suministraban falsos bebedizos envenenados, siendo esto una especie de exámen o prueba de fé o quizás lealtad, por parte de sus fieles adeptos.

Mientras tanto en la nación del Tio Sam, las voces de los preocupados familiares no se hicieron esperar, y el grito de ayuda llegó hasta el congreso, y claro está, el designado para ir a Guyana, aquel ángel salvador, sería Leo Ryan y su grupo de colaboradores.

Figura 4. El héroe y ángel salvador, “soldado Leo Ryan”, que no pudo rescatar ni ser rescatado

Ryan y compañia emprendieron el viaje a Suramérica, se encontraron con Jones y éste les presentó excelentes resultados de su proyecto agricultural (obviamente Jones maquilló los datos de su investigación para hacerla límpida) y pues Ryan no tuvo mas remedio que creerle, hasta que por debajo de cuerda, algunos fieles de Jones manifestaron su deseo de volver, Jones, ni corto ni perezoso, les dejó ir a algunos pocos fieles, no sin antes demostrar que él era el jefe.

Ahora el buen “soldado Ryan”, acompañado de sus colaboradores y de los desertores, se encontraban a punto de abordar el avión de la libertad, cuando de la nada hombres fuertemente armados enviados por Jones la emprendieron contra ellos, asesinándoles en plena pista aeroportuaria. Seis desertores se las ingeniaron como pudieron para pilotear y huyeron o mejor, regresaron a casa. Al regresar, anunciaron que el buen soldado Ryan y equipo habían muerto tiroteados en suelo Guayanés.

Figura 5. Matanza en aeropuerto de Port Kaituma, en el suelo los colaboradores de Ryan tiroteados.

Ante este acto de suma traición, Jones comprendió que, era absurdo seguir escondiéndose, por eso y en un desesperado y patético intento de salida fácil, convenció a sus fieles, con su tradicional discurso ecuménico de corte revolucionario-religioso, de que el día final había llegado, y de que era hora de dormir para escabullirse al enemigo llamado capitalismo. La ingeniosa idea de irse a dormir que sugirió Jones, era la de combinar un sustituto barato del Kool-aid, llamado Flavor Aid, de sabor uva y de combinarlo con cianuro de potasio.

Figura 6. Coctel mortal de cianuro con Flavor aid de uva.

Pronto, las ollas con el bebedizo rodearon a la comunidad. Este letal y rojizo coctel sería lo último que estas 918 personas beberían o harían. Por supuesto que muchos se opusieron a esta ingesta, siendo obligados ante la presión de un balazo a beberlo. Los padres convencían a los pequeños niños de beber el líquido, y a los bebés les inyectaban mediante una jeringa el cianuro rojo.

Figura 7. Vasos, frascos vacíos de cianuro de potasio, jeringuillas hipodérmicas y cajas de flavor aid usadas en el ritual.

Un par de minutos despues, la falta de oxígeno fue haciendo mella en los sistemas biológicos de las 918 personas, reemplazando el valioso oxígeno por el ion cianuro en su sangre, acortando la respiración de todos.

Es claro que la forma en que los cadáveres fueron organizados, todos abrazados en familia, no es propia de un suicidio colectivo, quizás los colaboradores de Jones los organizaron o quizás previo al ritual, les dijo que se abrazaran mientras se quedaban dormidos.

Cuando todo quedaba en silencio, un sonido que nadie escuchó se produjo, era el sonido de un pistoletazo en la boca, que quizás el mismo Jones se asestó u otro colaborador le infringió.

Al amanecer del Domingo 19 de Noviembre de 1978, los pocos fieles que se quedaron dormidos o alcanzaron a escapar del ritual, observaron la dantesca escena de 918 cuerpos tendidos en el suelo. Pronto, las autoridades Guyanesas y el mundo se enterarían de la tragedia de Jonestown, que hasta el sol de hoy sigue siendo el mayor suicido colectivo de la historia.

Figura 8. Panorámica de los cadáveres de Jonestown, tras el suicida ritual.

Los cuerpos tardaron muchos días en regresar a los estados unidos, por lo que con los trámites de repatriación, el proceso natural de la muerte fue descomponiendo los cadáveres, haciendo que poco o ninguno fuese reconocible. 412 de las 918 víctimas (alrededor del 50%) se encuentran en una fosa común del cementerio Evergreen Cemetery en Oakland, California. La otra mitad fue enterrada por sus familiares.

Figura 9. Memorial del camposanto Evergreen, sitio donde reposan la mitad de las víctimas de Jonestown

Es claro que el horror no termina aqui pues los sobrevivientes padecieron de enfermedades psicológicas y algunos cometieron suicidio.

En Guyana, los regentes que atendieron el traslado de cadáveres pusieron un memorial. Jonestown existe todavía hoy, las casitas de madera siguen allí, claro está que el abandono prematuro, los incendios y asonadas de calor, y el clima en general, han hecho estragos en el sitio.

Figura 10. Jonestown hoy. La madera se ha echado a perder, la maleza colonizó el suelo, dejando apenas el metal oxidado.