Suena a chamullo pero es cierto. En Amsterdam, decidieron tomar un ángulo realista y funcional al problema del trago, dandole herramientas al borracho crónico para hacer algo útil con su vida, como mantener las calles de la ciudad tiki taka.


Según informó Times Live, por cada día de trabajo, los garganta de lata reciben 10 euros, medio paquete de cigarros y cinco cervezas light (menos alcohol) para ponerse a trabajar. Desde la mañanita hasta las tres de la tarde, los cumpipas se mantienen tomando y limpiando distintas calles. Una fuerza borracha a temer.


Lo más bizarro de la noticia, es que la gente de la ciudad se encuentra feliz con la actividad, ya que mantiene a los bebedores compulsivos haciendo algo productivo, con actitud positiva y ordenados en vez de pegandole al chupe en plazas o calles de la ciudad. Muchas familias incluso los saludan e interactuan con ellos en vez de hacerles el quite como hacían antes.


La acción fue criticada por muchos diciendo que no solucionaban el alcoholismo, pero el gobierno de Holanda la dejó clarita diciendo que el problema a solucionar no era el alcoholismo de los cumpipas, sino que el comportamiento peligroso y antisocial que tenían en las calles y parques de la ciudad.